De acuerdo a lo anunciado, el martes 29 de abril volvimos a rendir un sencillo homenaje a las Víctimas del Terrorismo en la histórica Plaza de Mayo. Fue la 8va marcha... y cada martes son más las personas que se acercan para acompañarnos. El pueblo argentino comienza a despertar y la verdad histórica empieza a imponerse ante tanta mentira instalada.
Corría el año 1974. El General Juan Domingo Perón ejercía la presidencia. El 28 de abril de ese año, después de almorzar con su familia, el Juez Jorge Quiroga salía caminando tranquilamente de su casa para buscar a un amigo. Juntos irían a ver el partido que su querido Boca jugaba contra Independiente. Caminaba sólo... a cara descubierta, sin custodias, con la tranquilidad que produce el haberse conducido siempre acorde a derecho. Las amenazas terroristas lo tenían sin cuidado. No estaba dispuesto a irse del país, ni a cambiar sus rutinas... era un hombre de bien.
No pudo llegar a destino. Cinco balazos en la espalda terminaron con su vida. Eran terroristas del Ejército Revolucionario del Pueblo. Los autores materiales de este homicidio, que dejara a una mujer y a dos hijos adolescentes sin su padre, habían sido liberados el 25 de mayo de 1973 por el actual Procurador General de la Nación, el doctor Esteban Righi.
En el día de hoy, nuestro 8vo homenaje a las Víctimas del Terrorismo, recordamos con emoción a este representante de la justicia, que pagara con su vida el haber cumplido con su deber de juzgar con la ley en la mano a quienes apelaron al terror para intentar imponernos a sangre y fuego su proyecto de país.
En la persona del Juez Quiroga se buscaba amenazar a toda la justicia. Sólo la muerte les esperaba a los magistrados que tuvieran la osadía de encarcelar a los terroristas. Y consiguieron lo que buscaban. En el período más cruento de la acción del terrorismo, entre los años 1973 y 1976 ningún procesamiento se iniciaría en la justicia. El Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, en la condena al atentado declaraba: “actos de esta naturaleza tienen como claro objetivo intimidar a los magistrados en el desempeño de sus cargos”.
En los tiempos que nos tocan vivir este homenaje adquiere especial relieve. Porque con técnicas más depuradas, los mismos personajes sinistros del ayer intentan instrumentar a la justicia con fines de venganza. Esteban Righi, que en los 70 liberaba a los asesinos del Juez Quiroga, hoy establece un andamiaje jurídico protector para que los crímenes terroristas permanezcan impunes.
El hoy diputado Carlos Kunkel, que en los 70 militaba en la organización terrorista Montoneros, hoy forma parte del Consejo de la Magistratura, que tiene a su cargo la asignación de premios y castigos a los jueces que entienden en causas vinculadas a los derechos humanos. La finalidad sigue siendo la misma. Proteger a los asesinos de los 70, mientras se persigue sin piedad a las fuerzas del estado que defendieron al pueblo argentino de la agresión terrorista.
El mismo día, el 28 de abril de 1974, cuando caía el Juez Quiroga, era liberado el empresario Víctor Eduardo Samuelson, Gerente General de la Refinería ESSO, después de un cautiverio de más de 4 meses, donde estuvo secuestrado por el mismo Ejército Revolucionario del Pueblo. Hecho delictivo que fuera aplaudido y vitoreado por Luis Duhalde, actual Secretario de Derechos Humanos de la Nación, desde las páginas de su Revista Militancia, donde festejaba que aquel “servidor del imperialismo” no hubiera podido disfrutar las fiestas de fin de año como solían hacerlo los ejecutivos extranjeros (Ver copia de la Revista)
En esta semana, no podemos olvidar a otra víctima. Un oficial retirado del Ejército Argentino. Fue el 26 de abril del año 1976, en horas de la tarde, cuando delincuentes terroristas del Ejército Revolucionario del Pueblo, asesinaban al coronel retirado Héctor Cavagnaro, en momentos en que se disponía a ingresar a su domicilio en compañía de su esposa. Asesinatos, secuestros, violencia, muerte... ¿Cuándo acabará tanta impunidad? ¿Cuándo los terroristas de los 70 tendrán el castigo que se merecen?
En las personas del Juez Jorge Quiroga, del empresario Víctor Samuelson y del coronel Héctor Cavagnaro, rendimos nuestro homenaje a las Víctimas del Terrorismo, olvidadas y discriminadas por el odio montonero y por la memoria hemipléjica de las organizaciones defensoras de algunos derechos humanos, que continúan reivindicando a la violencia como motor de la historia. A ellos, a las verdaderas víctimas representadas por estos símbolos en la plaza... el pueblo argentino les dice ¡¡¡Presente!!!.
Muchas gracias.
Palabras Pronunciadas en el Homenaje:
Corría el año 1974. El General Juan Domingo Perón ejercía la presidencia. El 28 de abril de ese año, después de almorzar con su familia, el Juez Jorge Quiroga salía caminando tranquilamente de su casa para buscar a un amigo. Juntos irían a ver el partido que su querido Boca jugaba contra Independiente. Caminaba sólo... a cara descubierta, sin custodias, con la tranquilidad que produce el haberse conducido siempre acorde a derecho. Las amenazas terroristas lo tenían sin cuidado. No estaba dispuesto a irse del país, ni a cambiar sus rutinas... era un hombre de bien.
No pudo llegar a destino. Cinco balazos en la espalda terminaron con su vida. Eran terroristas del Ejército Revolucionario del Pueblo. Los autores materiales de este homicidio, que dejara a una mujer y a dos hijos adolescentes sin su padre, habían sido liberados el 25 de mayo de 1973 por el actual Procurador General de la Nación, el doctor Esteban Righi.
En el día de hoy, nuestro 8vo homenaje a las Víctimas del Terrorismo, recordamos con emoción a este representante de la justicia, que pagara con su vida el haber cumplido con su deber de juzgar con la ley en la mano a quienes apelaron al terror para intentar imponernos a sangre y fuego su proyecto de país.
En la persona del Juez Quiroga se buscaba amenazar a toda la justicia. Sólo la muerte les esperaba a los magistrados que tuvieran la osadía de encarcelar a los terroristas. Y consiguieron lo que buscaban. En el período más cruento de la acción del terrorismo, entre los años 1973 y 1976 ningún procesamiento se iniciaría en la justicia. El Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, en la condena al atentado declaraba: “actos de esta naturaleza tienen como claro objetivo intimidar a los magistrados en el desempeño de sus cargos”.
En los tiempos que nos tocan vivir este homenaje adquiere especial relieve. Porque con técnicas más depuradas, los mismos personajes sinistros del ayer intentan instrumentar a la justicia con fines de venganza. Esteban Righi, que en los 70 liberaba a los asesinos del Juez Quiroga, hoy establece un andamiaje jurídico protector para que los crímenes terroristas permanezcan impunes.
El hoy diputado Carlos Kunkel, que en los 70 militaba en la organización terrorista Montoneros, hoy forma parte del Consejo de la Magistratura, que tiene a su cargo la asignación de premios y castigos a los jueces que entienden en causas vinculadas a los derechos humanos. La finalidad sigue siendo la misma. Proteger a los asesinos de los 70, mientras se persigue sin piedad a las fuerzas del estado que defendieron al pueblo argentino de la agresión terrorista.
El mismo día, el 28 de abril de 1974, cuando caía el Juez Quiroga, era liberado el empresario Víctor Eduardo Samuelson, Gerente General de la Refinería ESSO, después de un cautiverio de más de 4 meses, donde estuvo secuestrado por el mismo Ejército Revolucionario del Pueblo. Hecho delictivo que fuera aplaudido y vitoreado por Luis Duhalde, actual Secretario de Derechos Humanos de la Nación, desde las páginas de su Revista Militancia, donde festejaba que aquel “servidor del imperialismo” no hubiera podido disfrutar las fiestas de fin de año como solían hacerlo los ejecutivos extranjeros (Ver copia de la Revista)
En esta semana, no podemos olvidar a otra víctima. Un oficial retirado del Ejército Argentino. Fue el 26 de abril del año 1976, en horas de la tarde, cuando delincuentes terroristas del Ejército Revolucionario del Pueblo, asesinaban al coronel retirado Héctor Cavagnaro, en momentos en que se disponía a ingresar a su domicilio en compañía de su esposa. Asesinatos, secuestros, violencia, muerte... ¿Cuándo acabará tanta impunidad? ¿Cuándo los terroristas de los 70 tendrán el castigo que se merecen?
En las personas del Juez Jorge Quiroga, del empresario Víctor Samuelson y del coronel Héctor Cavagnaro, rendimos nuestro homenaje a las Víctimas del Terrorismo, olvidadas y discriminadas por el odio montonero y por la memoria hemipléjica de las organizaciones defensoras de algunos derechos humanos, que continúan reivindicando a la violencia como motor de la historia. A ellos, a las verdaderas víctimas representadas por estos símbolos en la plaza... el pueblo argentino les dice ¡¡¡Presente!!!.
Muchas gracias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario