viernes, 31 de mayo de 2013

MANCHALÁ, VOCES CONTRA LA AMNESIA

http://plumaderecha.blogspot.com.ar/2013/05/manchala-voces-contra-la-amnesia.html

Repudiamos la agresión que se produjo contra un militar ilegalmente detenido

Los hechos:
Oportunidad: El día miércoles 29/05/13, en horas de la tarde.

Lugar: Alcaidía de los Tribunales de Comodoro Py (Unidad 29 del SPF)

Debido a que se iba a dictar sentencia a un grupo de delincuentes “pesados”, el personal del SPF, había adoptado una serie de medidas cautelares propias de las circunstancias, como –por ejemplo- ingresar de a varios en el sector de celdas y contar con el apoyo del  grupo GEI (Grupo Especial de Intervención).

Como siempre (y por ello ya los presos comunes las tienen identificados), los primeros calabozos son ocupados por los Presos Políticos (son los que llaman “los calabozos de lesa”). Ese día, se encontraban Ricardo Cavallo, que concurría a la audiencia del juicio “ESMA”, y Oscar Feito

Y apareció el error humano: un celador entró solo al sector de calabozos comunes, y al proceder a abrirlo, lo “manotearon”, le pegaron lastimándolo gravemente y le quitaron los “piques” (llaves para abrir esos calabozos). Procedieron a liberar a todos los presos y se dirigieron a “los calabozos de lesa”.
No estaba la llave de ese calabozo, y Oscar Feito se encontraba solo, debido a que Cavallo había concurrido a la sala de audiencias. Los presos comunes arrancaron literalmente la puerta del calabozo y procedieron a agredir a Carlos Feito, por el sólo hecho de encontrarse allí, tildándolo de “represor”; identificándose, los agresores, como pertenecientes al “Batayón Militante”, que responde a las órdenes del Director Nacional del Servicio Penitenciario Federal, Dr. Víctor Hortel. Asimismo procedieron a romper todas las pertenencias de Cavallo, las que habían quedado en ese calabozo.

Feito debió ser suturado (seis puntos) por una herida cortante en su cabeza, presentaba múltiples escoriaciones y contusiones y heridas punzantes en sus miembros inferiores; quedó –prácticamente- “bañado en sangre”.

Esa misma noche fue trasladado el Hospital Militar de Campo de Mayo, dónde quedó internado luego de que se le realizara una tomografía computada.

Cabe destacar que, casi inmediatamente, ingresó el grupo GEI por el acceso posterior y redujo a los agresores, pero la acción ya se había desarrollado. Fue el comentario generalizado del personal de SPF presente, que ya “estaban cansados” de informar a las autoridades judiciales, que deben encontrar un lugar para alojar a los Presos Políticos, debido a que ya existían antecedentes y ellos sabían de las intenciones y amenazas preexistentes de atentar contra la vida o integridad física de los mismos, por parte de los presos del “Batayón Militante” y los identificados con “La Cámpora”.

Las conclusiones y la probable evolución:
Lo ocurrido en la Unidad 29 del SPF, puede ocurrir (y en una mucho mayor magnitud) en cualquier unidad del SPF que aloje Presos Políticos.

Éstos son un “blanco rentable” para integrantes del “Batayón Militante”, que se encuentran organizados en TODAS las unidades penitenciarias y como “fuerza de choque” de “elite” de “La Cámpora”. Compuesto por asesinos, ladrones violentos, violadores y todo tipo de carroña social, normalmente jóvenes en edad.

Es decir, los Presos Políticos, constituyen una “población en riesgo” en cualquier cárcel dependiente del SPF, por mayor esmero que ponga éste en evitar el contacto.
Por lo tanto, se debe responsabilizar a todos y cada uno de los jueces que deciden el alojamiento de todo Preso Político en una unidad dependiente del Servicio Penitenciario.

Pero existe también otra posibilidad; y es que en defensa de su integridad un Preso Político lastime, hiera o mate a un militante del “Batayón”. Entonces ¿qué van a decir? ¿que un “represor” nuevamente mató a un “joven idealista”?
Porque la diferencia, si la hay, entre esta situación planteada y lo que ocurría con la delicuencia terrorista de los años ´70, es ínfima.

miércoles, 29 de mayo de 2013

"Un acto de Justicia" por Pepe Eliaschev

http://audioblogs.cienradios.com.ar/mip/2013/05/28/un_acto_de_justicia_por_pepe_eliaschev/

Diálogo y reconciliación

Martes 28 de mayo de 2013 | Publicado en edición impresa "La Nación"
Un merecido homenaje al juez Jorge V. Quiroga, asesinado en 1974 por el ERP, vuelve a poner de manifiesto que no hay verdadera justicia sin ecuanimidad
Se ha cumplido el 39° aniversario del asesinato del juez Jorge V. Quiroga. La fecha será recordada hoy por el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires y ha habido referencias a ella en numerosos sitios de la red global. Estos justificados homenajes contrastan con la decisión tomada tiempo atrás por el presidente de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, doctor Gustavo Bruzzone, cuando hizo retirar del edificio de ese tribunal una placa que recordaba al ex profesor de Derecho Penal y miembro de la Cámara Federal en lo Penal. Debemos recordar que esa Cámara fue disuelta tan pronto el doctor Héctor J. Cámpora asumió la presidencia de la Nación, en mayo de 1973. Quedaba así extinguido un cuerpo judicial competente para resolver en instancia única las cuestiones por actividades terroristas que se produjeran en cualquier parte del país.
Cuando los presos por causas vinculadas con esos delitos fueron liberados la noche de la asunción de Cámpora aun antes de que se les dictara una ley de amnistía, las principales figuras de los grupos subversivos retomaron en poco tiempo su actividad terrorista. Esta vez lo hicieron contra un gobierno constitucional y en nombre de las mismas abstracciones que los habían llevado a optar por la violencia para instalar al marxismo leninismo en el poder.
Los asesinos del juez Quiroga, integrantes de un comando del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), fueron detenidos y condenados a 18 años de prisión, luego liberados, y al final de esta lamentable historia de revanchas y desencuentros han pasado, como otros miembros de la violencia terrorista, a la categoría de jóvenes idealistas, pese a haber acribillado a balazos a un magistrado que no había titubeado, con aplicación de las leyes en vigor, en condenar los actos de terrorismo. Después de su asesinato, producido el 28 de abril de 1974 en la intersección de las calles Viamonte y Paraná, en la zona de Barrio Norte, por dos sujetos que se desplazaban en una motocicleta, no hubo, por lo menos hasta 1976, otras condenas judiciales que pusieran coto a la violencia subversiva.
Los trágicos años de los excesos represivos ilegales del Estado que siguieron desde esa fecha carecen en absoluto de justificación, tanto jurídica como moralmente. Pero cabe preguntarse si no fueron potenciados por la comprobación de que la sociedad argentina se encontraba con una Justicia desprotegida y atemorizada para actuar como lo habían hecho jueces del carácter de Jorge Quiroga, al tiempo que el terrorismo retornaba como si nada a sus andanzas tras haber quedado en libertad sus dirigentes.
Los terroristas tuvieron no una, sino dos leyes de amnistía en su favor. Quienes los combatieron, en nombre del decreto de "aniquilación" dispuesto por el gobierno de la presidenta Martínez de Perón, vieron, en cambio, derogadas las leyes de punto final y de obediencia debida, que implicaron una suerte de amnistía, y también los indultos dictados en su favor durante la presidencia de Carlos Menem.
La memoria de ciudadanos como el juez Quiroga debe obrar como un recordatorio de que no hay justicia sin ecuanimidad. Pero debe servir también como testimonio de tiempos que cabe superar para el bien común de la República, y no para el aprovechamiento faccioso de quienes sólo tomen en cuenta sus intereses políticos y materiales. Es hora de poner más atención en el persistente reclamo del Papa por el diálogo y la reconciliación de los argentinos, sin por eso dejar de lado la necesidad de una memoria integral y no parcial de nuestro trágico pasado..

domingo, 19 de mayo de 2013

General Jorge Rafael Videla: EL HOMBRE QUE MOLESTABA DEMASIAD



General Jorge Rafael Videla

Harán leña del árbol caído. Le endilgarán el infierno para esconder sus propios demonios. Murió el Hombre que molestaba. Molestaba por su valentía. Molestaba por su austeridad. Molestaba por su silencio. Molestaba por su honestidad. Molestaba porque cuando habló siempre dijo la verdad. Molestaba porque nunca se quebró. Molestaba porque nunca dejó de ser soldado. Molestaba porque hizo lo que nadie: asumir su responsabilidad.

 “Asumo toda la responsabilidad” dijo frente a cada tribunal que lo persiguió con saña en busca de venganza. Lo que nunca otros, él sí.

El General Jorge Rafael Videla fue presidente de facto de la República Argentina entre 1976 y 1981. Se hizo cargo del Proceso de Reorganización Nacional, tras el cual Argentina legó la democracia más estable y duradera de la historia. Y sí, la más corrupta también.

Cuando Videla pasó a retiro como militar, entregó la presidencia. Así que veleidades de dictador por lo visto, no tenía.

El General Videla no murió el viernes 17 de mayo, sino que fue asesinado por el régimen que nos gobierna. Cuando lo arrancaron de la prisión de Campo de Mayo, tenía las clavículas quebradas por una caída. En el Hospital Militar sus hijos y sus nietos debían alimentarlo en la boca. Recuperado, fue llevado al penal de Marcos Paz. Pocos días antes de su muerte, Videla, de 87 años, fue llevado a declarar en muy malas condiciones de salud. Caminaba con dificultad y había perdido de manera preocupante la memoria y la ubicación en el espacio y en el tiempo.

Ese mismo día, antes de ser llevado a declarar por millonésima vez, Videla se desvaneció en la ducha del Penal. Y a pesar de no haberse recuperado, igualmente lo arrastraron a la función del circo: tribunales. Para aquellos que no lo saben, llevar a una persona a declarar a tribunales desde el penal de Marcos Paz insume todo un día. Se lo levanta a las 4 o 5 de la mañana, se hacen los trámites mientras el preso espera arriba de una camioneta encerrado en un cubículo de medio metro cuadrado, se lo traslada a tribunales, se lo aloja en una celda, se lo lleva luego al piso del tribunal, se lo sienta durante horas, y una vez terminada la audiencia se hace el camino inverso. Con suerte, el preso que se levantó a las 4 de la mañana, vuelve al Penal a las 9 de la noche. Ese día el preso debe aguantar con apenas una vianda de pan duro. Imaginen entonces este periplo en una persona de casi 90 años con serios problemas de salud. Y sí, es lo que ocurrió, le hicieron vivir el calvario el lunes, y el viernes murió crucificado.

El General Videla estaba detenido en una cárcel que no está en condiciones de atender ni contener a personas ancianas con enfermedades crónicas. Por eso en Argentina casi no hay presos mayores de 70 años en cárceles comunes. Salvo los militares, porque para el régimen kirchnerista, en la persecución a los soldados que combatieron al terrorismo en los años 70 vale todo. Violar todas las leyes y deshacerse de todas las garantías.

Varios meses atrás, el Servicio Penitenciario Federal dijo haber recibido una amenaza de muerte contra Videla. Según ellos, la amenaza provenía del mismo penal y de algunos de sus propios camaradas. Mentira. Pero esa mentira fue la excusa para que el General Videla fuera aislado de todos sus camaradas, trasladado a un sector especial y con custodia permanente del Servicio de Inteligencia del Estado. Escarmiento por hablar con la prensa.

El jueves 16 de mayo Videla no pudo cenar pues tenía una fuerte descompostura y fue llevado al Hospital del Penal, que para que usted entienda, es una especie de sala de primeros auxilios en estado deprimente. Como no le encontraron “nada preocupante”, supongo que en la ropa, porque allí no hay complejidad para nada más que examinar un pantalón, lo volvieron a trasladar a su celda de aislación… donde fue encontrado sin vida pocas horas después. Videla tenía que morir así. El régimen necesitaba verlo morir así. Necesitaba eso para luego armar el cirko decadente de las declaraciones ampulosas.
Vianda del Servicio Penitenciario

Fue patético ver a funcionarios enriquecidos hasta la fastuosidad en la función pública, hablar de la moral de un hombre que, habiendo tenido en sus manos el país durante casi seis años, vivió en la más sencilla austeridad. Siempre me indignó la hipocresía. La de cualquiera. La de los Bulgheroni que en los 70 visitaban a Videla como grandes amigos, o la hipocresía de mi vecino que anda un 0 Km. y no paga las expensas. Yo no conocí a Videla en los 70. No bebí las mieles del Poder ni saqué réditos económicos en su gobierno, como muchos de los que ayer lo hicieron y aún así, hoy escribieron barbaridades de un hombre no se merecía esa felonía ni de los Mitre, ni mucho menos de Ernestina Herrara de Noble. Yo a Videla lo conocí en las malas, solitario y encorvado acarreando sus petates hacia una mesa de visitas en un Penal de Máxima Seguridad. El Soldado de hablar pausado, el de hablar sereno, el de hablar en voz baja... lejos de aquellas arengas a viva voz. Nos concedió el honor de darnos permiso para que Ricardo Angoso pudiera entrevistarlo. Queríamos que sus palabras no fueran sacadas de contexto, como sospechábamos ocurriría con Ceferino Reato. Lo pudimos grabar y contestó con total lucidez. Pudimos hacer publicar la entrevista en un medio de Europa. Muchos necesitábamos sus porqués. Tuve la oportunidad de decirle gracias... ahí, en la soledad de una mesa en un rincón alejado de un salón enorme de un penal de máxima seguridad. ¿Porqué gracias?, me preguntó en voz baja... General, porque cuando la Patria pasó lista usted dijo presente, y porque cuando los hipócritas y cobardes le pasaron facturas que no eran suyas, usted no dejó de ser Soldado y asumió la responsabilidad.

Yo conocí a Videla en la malas, y aún así, lo ví más Soldado que nunca. Y eso es algo que los cobardes y los corruptos no soportan, por eso vomitan lo que vomitaron.
En Argentina, los militares presos por haber combatido al terrorismo en los años 70, han sido perseguidos abiertamente, acallados deliberadamente y estigmatizados sin pudor. El Estado ha dedicado tiempo y dinero en pintar de color rosa a los grupos terroristas que asolaron a la República Argentina durante casi dos décadas. Se esforzaron en enseñar la versión de un terrorismo “idealista” y “romántico”, como una forma perversa de maquillar los violentos años escarnecidos de un país que se desangró, dolorosamente, en intestinos egocentrismos. Sin embargo, y no es casual, poco y nada podemos encontrar sobre la visión de los protagonistas militares. En los años 70 yo iba a la escuela primaria. Quiero decir que toda mi vida de adulto la viví en una democracia que, por alguna razón que nunca alcancé a comprender, intentó ocultar la historia y la palabra de los militares que tuvieron que combatir a un terrorismo impiadoso y especialmente cruel, que no dudaba en atentar con bombas, acribillar por la espalda o secuestrar a sus víctimas para luego fusilarlas en algún sótano “revolucionario”.
Unos días antes de su aislación, el General Videla les había dicho a sus compañeros de prisión que prometía ser el último en salir del Penal, si no moría antes. Y murió nomás.
Y los que se han cansado de robar el país, aprovecharon el insulto y la descalificación.
Comprensible molestia. Es que el Videla soldado los ha vencido. El Videla austero, los ha puesto en evidencia. El Videla católico los ha perdonado…y el Videla “monstruo” no lo compró nadie. Solo existe en la mente de los que ayer desangraron el país para hacerse del poder, y hoy, con el poder absoluto, aprovechan para saquearlo…
General Videla... descanse en paz.

Horacio Ricardo Palma
El Día de Gualeguay
Gualeguay
Entre Ríos

martes, 14 de mayo de 2013

Homenaje al Juez Quiroga




La Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia invita a los socios y amigos al homenaje al Dr. Jorge Vicente Quiroga que se realizará el martes 28 de mayo a las 12 hs. en el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires. En el Hall de entrada del Colegio de colocará una placa, réplica de la que estaba ubicada en el frente de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, retirada oportunamente por su presidente, en un acto de ensañamiento a la memoria de quien es un verdadero mártir de la Justicia argentina.
En el acto harán uso de la palabra, el Presidente del Colegio, Dr. Máximo Fonorouge, y los Dres. Martín Anzoátegui y Oscar Vigliani, este en representación de nuestra Asociación.




Mariano Gradin                                                                         Alberto Solanet

miércoles, 1 de mayo de 2013

"De eso no se Habla"

Programa de radio.

Visita a Marcos Paz


Abril del 2013

Son las 7 de la tarde y acabo de regresar de la prisión de Marcos Paz.  Mi profesión me llevó, desde joven a recorrer múltiples cárceles del país por lo que entrar y salir de las mismas no significa para mi nada nuevo. Pero  algo ha cambiado: el tener ahora que visitar a presos que sé que están allí alojados por razones puramente políticas, sometidos a juicios vergonzosos, donde todo lo que se me enseñó en la Facultad de Derecho y aprendí en mis 40 años como abogado penalista, los jueces serviles a este gobierno lo han tirado por la cloaca, me abruma y desespera.  

Yo, que siendo un joven idealista más, decidí ser abogado para luchar por la Justicia y la libertad del hombre, hoy, llegando al ocaso de mi vida creo percibir que toda mi lucha ha sido en vano. En estos últimos años he visto lo peor de la naturaleza humana y, lo que mas me afecta es que lo he visto en lo que debería ser la garantía para todo ciudadano: en la Justicia, en sentencias firmadas por Jueces  en algunos casos motivados por razones puramente ideológicas y revanchistas, pero en otras por seres pusilánimes, llenos de cobardía, ausentes de principios como el honor, principios que siempre deberían caracterizar a los encargados de juzgar a otros seres humanos en nombre de la Sociedad. 

Ahora visito a quien en su momento fue mi Juez en Tribunales, luego mi  Superior en un cargo público al que me convocó (sabiendo de mi pasión por la verdadera Función Pública),  y que mas tarde se convirtiera en mi socio profesional y amigo. Un  hombre que – siendo él Juez y yo uno de sus imberbes Secretarios- me enseño la rectitud de la función judicial  y lo que era realmente juzgar con principios. Aprendí de él la magnitud de aquellos valores que me llevaron a ser abogado,  ya que, si el caso lo ameritaba, debía  trabajar 24 horas seguidas para que detenidos con causas pasibles de ser sobreseídas no permanecieran ni un minuto mas privados de su libertad.  Y en ese aprendizaje he debido pasar noches sin dormir en comisarías cuidando terroristas ,que sabía habían cometido hechos atroces, todo porque mi Juez quería no obstante preservar la integridad física de esos detenidos , ante el riesgo de cualquier abuso por parte de las autoridades  policiales o militares. 

 Años mas tarde, cuando quien había sido mi Juez me convocó para que lo ayudara en su gestión como Ministro de Gobierno en la provincia de Buenos Aires creí que de él todo lo había aprendido, pero en ese caso, internándome en la actividad política, aprendí de su gestión mucho mas. Aprendí a “no creérmela” (como dice siempre el ahora Papa Francisco) , a perseguir  a los funcionarios deshonestos, y a luchar contra el sistema que busca enlodarnos día tras día ( porque la corrupción no es sólo del funcionario, sino también de quienes lucran con el Estado, que son muchos  y mas cínicos que el funcionario mismo al que buscan corromper) Aprendí a luchar contra la burocracia de arriba y la de abajo, esa “máquina de impedir” que día tras día  frenaba nuestro ímpetu, Y sobretodo aprendí que el Cargo Público debe ser considerado como un Honor y no un Botin de Guerra. Un cargo con el que la sociedad nos honra (no sería mi caso porque fui designado por un gobierno de facto, pero creo que igual debe así interpretarse) exige que le demos lo que necesita: una gestión transparente que le permita a todo ciudadano vivir cada día con mas libertad y oportunidades, en una sociedad que le brinde lo elemental: educación, salud, seguridad y trabajo.  Y aprendí por último a dejar esa labor, renunciando de inmediato y sin rencores al cargo público cuando los de arriba no sólo no daban el ejemplo sino que nos impedían seguir nuestro trabajo. 

No obstante, lo bueno y lo malo que viví y que aquilató mi experiencia de vida  quedó minimizado  al llegar al poder el sujeto que creo la historia juzgara como uno de los gobernantes mas nefastos que tuvo la Argentina ,  porque destruyó junto con su mujer la República ,mostrando el aspecto mas vil y egoísta de la sociedad  argentina. 

Asistí así al cinismo de políticos y periodistas “opositores” que aplaudían su “política de derechos humanos” sin tan siquiera llegar a husmear que era lo que pasaba en los Tribunales. Cínicos comentaristas que celebraban juicios a militares y policías que en un caso ya habían sido juzgados en épocas políticamente mas  duras – la de los primeros años de esta democracia- y en otro se los apresaba y acusaba sin pruebas concretas, basándose en la sola necesitad  de vengar hechos pasados, descargados sobre sujetos que nunca se sabrá si eran culpables o inocentes. Un odio visceral que los llevó a soslayar los principios básicos del derecho: testigos falsos, teorías seudojurídicas que van contra el derecho aplicado en todos los países del mundo, escraches y amenazas a jueces que aún conservaban algo de coraje para intentar aplicar la ley, etc, etc.  Todo ante el silencio o la indiferencia de la gran mayoría de la sociedad, y especialmente de los referentes sociales que deberían haber cuidado estas groseras violaciones al derecho positivo.  Ahora están llorando porque se  están dando las últimas embestidas contra la Justicia, pero como siempre ocurre ya es tarde. El daño que este “modelo” le ha hecho al Poder del Estado que debe asegurar la Justicia y la Libertad de las personas es enorme, y mucho tiempo se tardará en repararlo, si es que alguna vez alguien intenta hacerlo.

Vuelvo a aquel Juez que me enseño lo básico de lo que es administrar Justicia. Hoy día preso no por haber cometido algún delito, sino porque, al haber sido funcionario del gobierno militar de los setenta “tenía que saber” lo que hacían los militares con los terroristas que apresaban. Según sus captores, en su caso concreto tenía que conocer lo que hizo el Gral Camps en la provincia de Buenos Aires, ello pese a que Camps fue juzgado y condenado cuando vivía por un Tribunal independiente, Tribunal que determinó con verdaderas y contundentes pruebas procesales, que ese  Ministro de Gobierno no había tenido ni arte ni parte  en lo que se le achacaba a Camps.  Hoy día, no obstante, mi ex Juez, socio y amigo fue condenado a Prisión Perpetua porque “tenía que saber”  (paradójicamente Camps fue condenado por la Cámara Federal en la causa nro. 44 a 25 años de prisión)


Pero no acabó acá mi aprendizaje: Hoy se encuentra alojado en uno de los pabellones mas incómodos del Módulo 4 de Máxima Seguridad de la cárcel de Marcos Paz.  No junto a militares, sino en el pabellón donde va lo que en la cárcel llaman “el lumpen de los delesa”, esto es policías provinciales, penitenciarios, civiles allegados a esas policías, etc.  y cada vez que en los demás pabellones que alojan a militares, marinos  o miembros de las Fuerzas de Seguridad se produce una “vacante”, esto es, se libera una celda ( nunca por que pone en libertad al ocupante, si se libera esa celda es porque lo trasladaron a una cárcel peor o bien se murió) esta celda se la ofrecen en primer término a mi amigo.  Y cada una de esas ofertas es rechazada porque él quiere quedarse allí donde esta esa gente mas “desprotegida” , trabajando todos los días ayudándolos  en el manejo de sus causas, las que se encuentran, en casi todos los casos, en manos de “defensores oficiales” que también en su mayor parte son funcionarios “k” ( y que  en lugar de defenderlos los hunden).  

Jaime –Jimmy- Smart, porque  de él estoy hablando, lo hace día a día con una sonrisa, con gestos de amabilidad hacia los reclusos que se hacinan en ese pabellón, usando su bien ganado prestigio como penalista y procesalista para ocuparse mas de las causas judiciales de los demás que de sus propias causas, ( no tiene una sola causa penal, sino que cada mes le inventan una nueva, ya que quienes manejan la política de odio y revancha planean seguir con estos juicios-show por los siglos de los siglos y para eso lo necesitan a Jimmy, una presa muy útil para proseguir con su maquiavélico plan, que avala con fervor la propia Presidenta de este país).  He descubierto entonces ahora la faceta de Jimmy que me faltaba conocer. La de la entrega por el prójimo. La del desinterés por su suerte frente a la preocupación por la de todos los que lo rodean. La del hombre que, con 77 años encima, descarta la lesión en la columna que le produjo un reciente accidente con el móvil que lo transportaba a Tribunales, para atender los males físicos o sicológicos de sus compañeros de cautiverio. El hombre en definitiva, que sabiéndose un perseguido político, una víctima mas de la Revancha  Montonera, olvida los agravios y siguiendo al pie de la letra el ejemplo de Cristo perdona al que lo ofendió y  ayuda al prójimo en desgracia.  

Yo lo he bautizado “Madiba”, que es el nombre tribal de Nelson Mandela,  pues su actitud se asemeja a la de ese ex presidente de Sudáfrica al cual le pudieron robar por décadas su libertad física, pero no lograron derribar su fortaleza espiritual.  

…Me empastillo con un Valium – una rutina normal para cuando regreso de Marcos Paz- Hoy dormiré gracias a esa droga,  pidiéndole a Dios me ayude a desprenderme del odio profundo que me carcome, pues se que es un sentimiento negativo que me destruirá a mi antes que a mis oponentes.  Espero en algún momento lograrlo…por el momento se me presenta como una Misión Imposible…

EDGARDO