jueves, 26 de junio de 2008

¡Argentina Despieta! Campaña de Afiches


En la década el 70, el terrorismo de los montoneros y sus socios impuso la necesidad de una respuesta por parte del estado nacional. La complejidad de la situación política del momento, llevó al gobierno a enfrentar al terror fuera del margen de la ley. Nacía oficialmente la Triple A, una organización para policial, conducida por López Rega, con el objeto de responder a la agresión armada de los "presores" de la sociedad.

Condenados a repetir la historia, los argentinos vemos surgir en escena nuevos grupos parapoliciales, con la finalidad de hacer el trabajo sucio del gobierno de turno. Como no puede reprimir el descontento de la ciudadanía con las fuerzas del orden, surge la nueva Triple A de los Kirchner, como fuerza de choque para amedrentar toda manifestación pública contratria al gobierno nacional.

Con un nuevo contenido ideológico, pero con la misma violencia irracional, este movimiento hizo su aparición pública en Plaza de Mayo de la mano de Luis D´Elía, para expulsar a las familias que se autoconvocaban en defensa del campo. Continuaron operando en Olivos y ahora se pueden ver todos juntos, instalados en carpas frente al Congreso, contrariando todas las normas que hacen a la vida civilizada, amparados en la impunidad que les otorga el poder. Argentina Despierta...



sábado, 21 de junio de 2008

Memoria - Por Silvia Ibarzábal

Señor Director:

"Escuché con atención el discurso de la Presidenta el 17/6, en conmemoración de las víctimas del bombardeo a la Plaza de Mayo, en 1955.

"En él hizo referencia al «recuerdo que todos los argentinos deberíamos tener de todas las víctimas en la Argentina». En su alocución mencionó: víctimas del bombardeo de 1955, víctimas de la Guerra de las Malvinas, víctimas del proceso militar de 1976.

"Pero omitió hablar sobre las víctimas del terrorismo de la Argentina. Es decir que la Presidenta se olvidó de las víctimas de Montoneros, ERP y afines.

"Respecto de su permanente reclamo de memoria en la mayoría de sus discursos, como ciudadana me ofrezco a colaborar en el ejercicio de aquélla, para que incorpore en su agenda toda la temática que este capítulo de la historia merece.

"Señora Presidenta: nosotros, las víctimas del terrorismo de la Argentina, también sufrimos la intolerancia. También añoramos vivir en democracia."

Silvia Ibarzábal
silviaibarzabal@hotmail.com
Publicada en Diario La Nación el 21/06/2008

LOS OTROS RESPONSABLES DE LOS TRÁGICOS `70

A pesar de distanciarnos más de treinta años de la guerra revolucionaria que tuvo lugar a lo largo y a lo ancho de nuestra República, aquel pasado oscuro y, por ahora reacio a un revisionismo completo y desideologizado, sigue formando parte de nuestros días asfixiando a los ciudadanos que pretendemos mirar el presente para construir un futuro como hermanos.

La ciudad de Córdoba se encuentra viviendo un momento crucial referido al tema en cuestión, que tiene origen en el juicio a Menéndez y los otros siete acusados de represión ilegal, pero que de ninguna manera es propio del suelo cordobés, sino que constituye uno de los tantos juicios autodenominados “por la verdad”, que están sucediendo en todo el país. Lo llamativo es que, hasta el momento, los únicos sentados en el banquillo de acusados fueron miembros de las FF.AA, Policiales y de Seguridad, dejando por sobreentendido que serían los únicos responsables del drama que vivió la Argentina en la década del `70. Llegó la hora de abrir el debate y preguntarnos: ¿Qué hacía por entonces la clase política? ¿Qué culpa recae sobre las bandas terroristas? ¿Qué decía la prensa? ¿Qué responsabilidad le cabía a la sociedad en su conjunto? Son preguntas que el maniqueo análisis sobre lo ocurrido en “años de plomo” no puede responder.

Refiriéndose a la forma de combate a adoptar contra las bandas terroristas subversivas, el entonces presidente de la Nación , Juan D. Perón, expresaba en televisión para todo el país a principios de 1974: “Nosotros vamos a proceder de acuerdo con la necesidad, cualquiera sean los medios. Si no hay ley, fuera de la ley, también lo vamos a hacer y lo vamos a hacer violentamente.” Del otro lado de la política, el caudillo radical Ricardo Balbín manifestaba: “No se superarán estos episodios llenando páginas de un código. A estos elementos hay que buscarlos y aplicarles las penas que merecen” (1). Podríamos preguntarnos qué penas merecen, si no son las que están en los códigos penales.

Lo cierto es que la clase política no sólo no se quejó ante la evidente intención de llevar la represión por caminos ilegales, sino que aplaudió ambos discursos, tal el caso del Senador Díaz Bialet, quien sostenía “Prefiero la injusticia al desorden…”, o el Senador Caro, quien argumentaba que “Después de esto, tal vez nos tocará empuñar el fusil en vez de los códigos…”(2). ¿Acaso la partidocracia de aquel entonces no tiene su cuota de responsabilidad por instigación y complicidad?

El 25 de marzo de 1976 La Nación decía “La crisis ha culminado. No hay sorpresa en la Nación ante la caída de un gobierno que estaba muerto mucho antes de su eliminación por vía de un cambio como el que se ha operado”. El mismo día, La Prensa , con júbilo destacaba: “Orden, seguridad y confianza. En dos horas, sin el asomo de una sola falla, al cabo de una operación impecable, precisa, sin estridencias vanas y sin disparar un solo tiro, las Fuerzas Armadas de la Constitución pusieron término al desempeño ilegítimo del gobierno…lo hicieron para salvar ‘un tremendo vacío de poder’…los primeros pasos, actos y palabras de la Junta Militar han generado confianza.” La Opinión (de Timermann), el 27 de marzo hacía la siguiente reflexión: “Si los argentinos, como se advierte en todos los sectores –aún dentro del ex oficialismo- agradecen al Gobierno Militar el haber puesto fin a un vasto caos que anunciaba la disolución del país, no menos cierto es que también le agradecen la sobriedad con que actúan”. Los ejemplos sobran, pero la pregunta es una sola: ¿Qué responsabilidad le cabe a la prensa de aquel entonces?

Hasta intelectuales como Borges y Sábato pusieron su “granito de arena”, elogiando a Videla, quien los invitó a un lujoso almuerzo el 20 de mayo de 1976, donde “Jorge Luis Borges declaró…`Le dije al Presidente que quería expresar mi gratitud personal por lo que han hecho por mi Patria’”(3). Por su parte, el luego devenido en defensor acérrimo de lo Derechos Humanos, Ernesto Sábato, expresó el mismo día a La Prensa : “Le agradecí personalmente a Videla el golpe de Estado del 24 de marzo que salvó al país…”(4). Sobre el publicitado almuerzo, dice Helvio Botana que el luego presidente de la CONADEP , “…sugirió al general Videla que el país necesitaba un baño de sangre para purificarse…”(5). ¿Acaso estos, y muchos otros intelectuales y la sociedad en su gran mayoría, no tienen alguna responsabilidad en el conflicto?

Del otro lado de la contienda bélica estaban las bandas terroristas marxistas, que comenzaron con las violaciones sistemáticas de los derechos humanos mediante asesinatos, secuestros, torturas, colocación de artefactos explosivos y actividades terroristas varias. Atacaron a la sociedad en todo su conjunto entre 1960 y 1979, intensificando su ataque en gobiernos democráticos. El resultado de la acción terrorista fue el saldo de 21.642 atentados de diversa entidad, conforme a cifra tomada por la Cámara Federal en la Causa 13. Sus nefastos crímenes pueden ser encuadrados como delitos lesa humanidad, teniendo en cuenta que planificaron y ejecutaron sus atentados dentro de un patrón generalizado y sistemático, dirigidos contra todos los sectores de nuestro pueblo, tanto civiles como militares. La Corte Penal Internacional en el artículo 7º del Estatuto de Roma (incorporado en 1998), afirma que el delito de lesa humanidad es aquel que “se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil…de conformidad con la política de un Estado o de una organización”, en consecuencia, los crímenes del terrorismo son imprescriptibles.

Si parece injusto que se aplique la ley penal de manera retroactiva, más injusto es que se aplique sólo contra algunos conforme a razones ideológicas y/o ventajas políticas, pues entonces se estaría violando también el principio constitucional de igualdad ante la ley.

A pesar de haber pasado más de treinta años, el terrorismo subversivo no ha sido juzgado ni condenado por la Justicia Argentina. Los familiares de sus víctimas no recibieron reparación por parte del Estado, ni pudieron ejercer su derecho a la Verdad y la Justicia.

La responsabilidad de lo ocurrido en la década del `70 es bastante más abarcadora de lo que actualmente podemos concebir. Como joven argentino, siento preocupación por la parcialidad del sistema judicial y la ceguera ideológica que tiene nuestro pueblo, engañado por algunos que utilizan a las Fuerzas Armadas como chivo expiatorio de un conflicto en el cual, más de uno deberá rendir cuentas.

Agustín Laje Arrigoni*
agustin_laje@yahoo.com.ar
*(El autor tiene 19 años, es estudiante universitario, autor de numerosos artículos de opinión e investigación sobre los años 70´ y se desempeña como titular del Movimiento por la Verdadera Historia.).

CITAS:
(1) Márquez, Nicolás. La mentira oficial. Págs 106-107. Edición del autor. Año 2006
(2) Márquez, Nicolás. La otra parte de la verdad. Pág 47. Edición del autor. Año 2004

(3) Diario Córdoba. 20 mayo 1976.
(4) García Montaño, Diego. Responsabilidad compartida. Pag 254. Ediciones del Copista. Año 2003
(5) Helvio I. Botana, Memorias tras los dientes del perro, Págs 506 y 507, Peña Lillo Editor

¿Qué decía Néstor Kirchner de las retenciones años atrás?

Ayer hablaron de este video Blanck y Van der Kooy en Código Político en TN.

Sirve para TERMINAR DE RAIFICAR QUE ES UN GRAN MENTIROSO y para mostrarles a todos los CHUPA - K del país que estan encolumnados detras de una gran farsa montada por un descomunal farsante.

DIFUNDALO, DIFUNDALO, HASTA QUE ESTE EN TODOS LOS DIARIOS, RADIOS, CANALES, etc y SALTE AL EXTERIOR PARA QUE SE CONOZCAN QUIENES SON LOS PSICOPATAS QUE NOS GOBIERNAN.

http://es.youtube.com/watch?v=95yA_1Q3D3E

Un camarista del juicio a las Juntas cuestionó al Gobierno por "abuso retórico" de los derechos humanos

DIARIO PERFIL

Procurador General de la Nación durante el mandato de Alfonsín

Un camarista del juicio a las Juntas cuestionó al Gobierno por "abuso retórico" de los derechos humanos

Andrés D'Alessio también criticó la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final por parte de -según dijo- una "Corte kirchnerista".

18.06.2008 17:07

Andrés D'Alessio, ex juez de la Cámara Federal que en 1985 condenó a las Juntas Militares, criticó la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final, a la vez que cuestionó el "abuso retórico" de los derechos humanos, por parte del Gobierno.

El jurista, ex Procurador General de la Nación durante el Gobierno de Raúl Alfonsín, opinó que "en los últimos años se ha abusado retóricamente de la locución de derechos humanos para desmantelar las garantías que nuestra Constitución concede a todos los habitantes".

El ex camarista hablará, el próximo viernes, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y precisará las impugnaciones que hace contra la, según él, "Corte kirchnerista" que dictó la nulidad de las leyes sancionadas durante la gestión de Alfonsín.

D'Alessio fue uno de los colaboradores con Alfonsín en la elaboración de una estrategia para enjuiciar a los militares por los crímenes cometidos durante la dictadura, que cristalizó en el juicio a las Juntas Militares, y que luego derivó en las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, sancionadas bajo la presión de las revueltas militares "carapintadas".

Además, fue Procurador General de la Nación entre 1987 y 1989, y entre 1994 y 2002, decano de la Facultad de Derecho. La conferencia se realizará pasado mañana, a las 18,30, en ocasión de la presentación del libro "Tiempo, Constitución y Ley Penal", de Héctor Sabelli y Alfonso Santiago (h). Fuente: DyN

jueves, 19 de junio de 2008

Carta Abierta al Periodista Gustavo Sylvestre

Señor Gustavo Sylvestre:

Comienzo presentándome. Mi nombre es Pedro Rafael Mercado, DNI 18.046.597 y quiero pedirle que por favor termine de leer este mensaje. Imagino que usted recibe mucha información todos los días, seguramente de carácter más importante que esta, pero confío en que su sentido humano y periodístico lo lleven a continuar la lectura de estas reflexiones.

En el día de ayer, seguramente por información tergiversada que llegara a sus manos, usted manifestó en TELENOCHE que la señora María Cecilia Pando "había sido echada" de la concentración que se había llevado a cabo el lunes a la noche en la esquina de Cabildo y Juramento.

Desconozco su fuente de información. Yo voy a contarle lo que viví en ese momento. Antes de que usted lo diga, acepto de antemano que mi testimonio no es objetivo. Nunca podría serlo. Estoy casado con Cecilia desde hace más de 20 años, y naturalmente mi mirada nunca podrá ser neutral. Pero en el problema suscitado el día lunes a la noche yo estaba al lado de mi esposa y trataré de contarle lo que personalmente pude observar, para que al menos usted tenga otra visión de los hechos, que por lo menos complemente lo recibido por otros medios.

Entiendo que detrás de todas estas informaciones hay muchos intereses y por eso la verdad normalmente queda opacada. No lo juzgo a usted. Como periodista tendrá que sacar sus propias conclusiones tratando de bucear entre la niebla espesa de los intereses en juego. Yo también tengo los míos, por eso le ofrezco mi visión.

Con Cecilia y tres de mis hijos (19, 17 y 15 años respectivamente) estuvimos desde temprano en la esquina de Cabildo y Juramento, ya que vivimos a tres cuadras de ese lugar. Para no mover a equivocaciones, cumplo en aclararle que no estábamos en la organización del evento. No difundimos la convocatoria de ninguna forma... simplemente salimos, como la inmensa mayoría de los que estábamos ahí presentes, para hacer escuchar nuestra voz. Demás está decir que disfrutábamos el momento.

No lo hicimos esondidos, ni en ese, ni en otros actos. Estuvimos a cara descubierta... y compartimos la manifestación con toda la gente. Naturalmente fuimos reconocidos, especialmente Cecilia, por muchas personas... Muchos se acercaban a saludar, expresando felicitaciones por su lucha, otros simplemente miraban, con gestos de aprobación o de indiferencia. Hasta el momento del incidente no hubo ninguna voz que le recriminara nada.

Naturalmente había muchas cámaras de televisión. Una de ellas la identificó a Cecilia y se acercó para tomarla de primer plano. En forma extrañamente sincronizada, en el momento en que la cámara la toma a Cecilia, un joven comienza a increparla a los gritos, llamándola defensora de la dictadura, exigiéndole que se retirara de la manifestación. Me interpuse en el medio y para no caer en provocaciones nos alejamos de donde estaba el joven iracundo a otra parte de la concentración.

No queríamos arruinar una fiesta del pueblo con discusiones bizantinas. Nos fuimos a otro lado, dentro de la manifestación. Aclaro que muchos de los que nos rodeaban nos pedían que nos quedáramos, que no le hiciéramos caso a ese "loquito", pero nosotros preferimos alejarnos del sector. Era una fiesta y había que evitar discusiones estériles.

Pero el joven no había terminado de cumplir la misión, o en el mejor de los casos, quería tener su minuto de fama. Envalentonado con nuestra retirada y con las cámaras que lo seguían, se acercó nuevamente a los gritos, con la misma argumentación... y seguimos manteniendo la calma... decidimos irnos para no sembrar la discordia... tal es así que tomamos por Juramento en dirección a Vuelta de Obligado perseguidos por las cámaras y por el joven "cruzado" que nos seguía a los insultos. Hasta ese momento, todo parecía un altercado entre un joven fuera de sí, que nos seguía a los gritos, nosotros que evitábamos la confrontación y las cámaras que registraban lo sucedido.

Pero los gritos se escucharon en la muchedumbre y la gente, como sucede normalmente en estos casos, comenzó a acercarse tratando de entender de que se trataba. Los que habían visto de cerca cual era el problema, saltaron en defensa de Cecilia e increparon al periodista y al joven que seguía con los insultos, generándose exactamente lo contrario a lo que usted manifestó en su comentario.

El ¡que se vaya...que se vaya! comenzó a corear la muchedumbre, no contra la Pando, sino contra el joven patotero y contra el periodista que se había hecho eco de la provocación. A tal punto, que el joven fue seguido por la muchedumbre, que a los gritos de patotero lo obligó a retirarse... y Cecilia permaneció en la manifestación... como una más... sin ningún incidente, hasta casi las 23:00 horas.

Eso es lo que yo vi... lo que yo viví... muy lejos de su comentario en la televisión.

Con esto no quiero decir que la gente la apoyara a Cecilia en cuanto a su lucha... ni que la manifestación respondiera a las órdenes de la Pando Seguramente en el cacerolazo había gente que compartía nuestro pensamiento, había otros que estaban en total desacuerdo y había una gran mayoría a quienes Cecilia les era totalemente indiferente.

Sin embargo, todos se unieron para expresar el rechazo de un intolerante que vaya a saber porqué motivo quería ver a mi esposa fuera de la manifestación. Pero no pudo... la gente está cansada de los patoteros y le salió el tiro por la culata... Cecilia permaneció en Cabildo y Juramento, mientras el pibe desquiciado se tuvo que retirar... curiosamente al revés de lo que usted manifestó en TELENOCHE.

Desde ya muchas gracias por su tiempo...

Pedro Rafael Mercado

Hay Otras Víctimas (por María Lilia Genta)

Buenos Aires, 19 de junio de 2008

Sr. Eduardo Buzzi
Federación Agraria Argentina

Estimado Sr.:

Aunque sólo poseo la tierra de mis macetas, me “jugué” por el campo. Escribí, incluso, algunos artículos en los medios que me los publican que no son muchos (digitales o gráficos). Tuve que “tragarme” muchos sapos en estos cien días. Usted fue el único de los cuatro dirigentes de las Entidades del campo que tiñó de ideología un problema exclusivamente sectorial (corporativo prefiero decir porque es más propio). Pero ayer, ante la pregunta un tanto insidiosa de una periodista que aludió a la agresión de que fue víctima un diputado oficialista de parte de algunos productores agropecuarios exaltados y descontrolados, le escuché decir, y con razón: “hay víctimas de los dos lados”.

Pues bien, esto que ocurre hoy, en menor escala y en otro contexto, ¿no le hace pensar, sin ideologismos, que en los años setenta también hubo “víctimas de los dos lados”? Ahora que puede comprobar, en su sector, como se victimiza a unos y se olvida a otros, ¿no lo mueve esto a alguna reflexión, por analogía, sobre nuestro reciente pasado? El otro día, usted “santificó” al Che y lo propuso como la maravillosa figura de América Latina. ¿Sabe usted de cuántas muertes es responsable esa “maravilla” que usted admira? Un sicario del Che asesinó, en 1974, a mi padre, un filósofo católico, disparándole a quemarropa cuando salía de su casa para ir a misa. Jordán B. Genta -de él se trata- pertenece a ese grupo de muertos que nunca existió.

El tema es que a mí jamás se me hubiera ocurrido portar la pancarta con el retrato de mi padre el 25 de mayo, en el acto de Rosario. Aunque si asistió, llevada por usted, la “madre” con su pañuelo, bien podría haber estado esta “hija” con su pancarta. Pero con serenidad trato de no desubicarme. La pancarta la llevo en los actos de los 5 de octubre o cuando acompaño a “esa señora” que usted no conoce ni quiere conocer, los martes, en la Plaza de Mayo, para recordar a los muertos por la subversión, esas otras víctimas olvidadas. Le agradezco a esta señora que no tiene ningún asesinado ni ningún preso en su familia que se ocupe de homenajear a los muertos y cumplir con las obras de misericordia que nos mandan visitar a los presos y confortar a sus familias. Desde el presidente K hasta usted está de moda demonizar, no a la soja, sino a Cecilia Pando.

Ahora resulta que, para algunos, el supuesto golpe de estado del campo pasa por De Angeli quien se pregunta ¿pero de ande soy tan importante yo, un gringo chacarero, con séptimo grado? Escuché a Cecilia Pando hacerse una pregunta similar. ¿Toda la historia de los setenta puede pasar por esta joven señora que era una nena en ese tiempo? Ni una cosa ni la otra pueden ser serias. Lo entiendo en K cuya mendacidad ya es patológica. No en usted porque los hombres de la tierra suelen estar más cerca de la realidad.

Comparto su reclamo por las víctimas de los dos lados. Sería bueno tomar una actitud análoga, objetiva y equilibrada, en el tema de los años setenta.

María Lilia Genta

sábado, 14 de junio de 2008

Martes 17 de junio a las 18:00 hs. - Nuevo Homenaje a las Vícitmas del Terrorismo

Queridos Amigos:

No vamos a aflojar. Como todos los martes, el próximo 17 de junio a las 18:00 hs estaremos en Plaza de Mayo para rendir un nuevo y emotivo homenaje a las Vícitmas del Terrorismo que encontraron la muerte entre los días 11 y 17 de junio, durante los años en que sufrió nuestra patria la agresión terrorista. En esta ocasión, recordaremos muy especialmente al Capitán de Corbeta Jorge Bigliardi, asesinado por los montoneros el 13 de junio de 1976. Entre sus victimarios, se encontraba Carlos Bettini, actual embajador de Argentina en España.

14to Homenaje a las Víctimas del Terrorismo en Plaza de Mayo


Palabras Pronunciadas en el Acto.

Siempre hemos dicho y no nos cansaremos nunca de hacerlo, que la agresión terrorista de la década del 70 se libró contra todo el pueblo de la nación argentina. De un lado, el terrorismo apátrida... del otro, el pueblo de la patria. Eso explica la presencia de múltiples víctimas civiles, que aparentemente no tenían nada que ver con el conflicto.

El 10 de junio de 1973, muere asesinado el sindicalista Aldo Rubén Romano, en un enfrentamiento con miembros de la Juventud Peronista, que constituía el órgano de superficie del terrorismo montonero.

El 7 de junio del 75 los iluminados de la muerte acribillan con 23 disparos a Carlos Alberto Pita, un joven de 37 años de edad, casado y padre de 4 niños, quien mereció la muerte simplemente por trabajar de ejecutivo para una exitosa firma empresaria que no aceptaba colaborar “voluntariamente” con las organizaciones terroristas.

Tres días después, en la ciudad de Santa Fé, cae asesinado por terroristas montoneros el sindicalista bancario Juan Enrique Pelayes. El documento donde los Montoneros justificaban su crimen decía: “el gremialista había sido ejecutado en cumplimiento de una sentencia revolucionaria, producto de un juicio sumario, en el cual lo habían encontrado culpable de traición a la clase trabajadora”. Ellos eran los dueños de la vida y de la muerte. Ellos eran el brazo ejecutor de una supuesta justicia popular...¿Con qué derecho? ¿Cuánta soberbia? ¿Cuánta hipocresía en los Bonasso, los Dante Gullo, los Bettini, los Taiana? ¿Cuándo pagarán por sus crímenes?.

Pero no sólo sindicalistas y empresarios caían en la mira del terrorismo demencial. Todo aquel que no se doblegaba a sus exigencias terminaba con un tiro en la cabeza, como hace pocos días le recordaba la diputada Nora Guinzburg al dipu – terrorista Carlos Kunkel. En efecto el día, 9 de junio de 1976, muere asesinado el Dr Juan Nogueira García, quien se desempeñaba como decano de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Córdoba. Otro que no estaba dispuesto a dejarse extorsionar por las organizaciones armadas.

Al día siguiente, sin dar descanso al pueblo argentino, resulta acribillado Oscar Héctor Fiora, un gerente de la planta del Frigorífico Swift, localizado en Ensenada, Pcia de Buenos Aires. Dos semanas antes, había sido asesinado otro ejecutivo de la misma firma, Miguel Salizotsky, por el terrible pecado de trabajar para capitales multinacionales.

También en este período caía el soldado conscripto de la Infantería de Marina Miguel Angel Vidal, durante un enfrentamiento con delincuentes terroristas montoneros que protegían un depósito de explosivos en la ciudad de La Plata.

El 7 de junio del 76, también terroristas montoneros, dan muerte al cabo de la Policía Federal Argentina Miguel Angel Cabrera, en un procedimiento llevado a cabo con el objetivo de identificar a personal sospechoso. El arma que le da muerte al suboficial de la policía había sido robada previamente a otro efectivo policial, en un operativo que ellos llamaban recuperación de armamento.

Como podemos observar. El pueblo argentino en su conjunto estaba en guerra contra el fundamentalismo terrorista. Todo el pueblo. Esto permite explicar porqué el actual embajador argentino en Francia, Luis Ureta Saénz Peña, haya firmado esa solicitada titulada Reconocimiento y Solidaridad donde brindaba su apoyo a la totalidad de las Fuerzas Armadas y de Seguridad que derrotaron a las organizaciones terroristas que pretendieron imponernos un régimen marxista.

Este descubrimiento de la Revista B1 pone de manifiesto la verdad de lo sucedido en nuestra patria en la década del 70. Todo el pueblo argentino acompañó al estado nacional en la lucha contra el flagelo revolucionario. Todos... incluidos muchos oportunistas, como el actual embajador en Francia, que hoy se rasgan las vestiduras condenando a la represión y canonizando al terrorismo. Pero la historia tarde o temprano sale a la luz... y ese día, la verdad nos hará libres.

Muchas gracias.