miércoles, 25 de abril de 2012

"Montoneros, Soldados de Massera"

Días atrás participé de la presentación de un libro distinto sobre la década del 70. Acostumbrado a leer sobre la materia, siempre me encontraba con dos visiones antagónicas. Los sectores de izquierda acusaban al terrorismo de estado y minimizaban las acciones de montoneros y afines. Por el contrario, los más cercanos a una visión de derecha, cargaban las tintas contra el terrorismo privado y ofrecían una mirada indulgente para los agentes estatales. Los primeros reivindicaban a los desaparecidos. Los segundos a las víctimas del terrorismo. Para las dos visiones, en última instancia, unos eran los buenos. Los otros los malos. Con la lectura de “Montoneros, Soldados de Massera”, del Dr Carlos Manfroni, descubrí que el mundo en blanco y negro no se ajusta a la verdad histórica, ni tampoco nos ayuda a cerrar las heridas del pasado. El autor desnuda con maestría las complicidades de los montoneros con el proyecto político de Massera, poniendo en evidencia que entre tantos jóvenes idealistas de ambas trincheras, siempre existieron (ayer y hoy) oportunistas que hicieron y hacen de la sangre un negocio rentable. También descubrí que hay víctimas no reconocidas por ninguna de las dos visiones. Helena Holmberg, Marcelo Dupont, Hidalgo Solá, Fernández Pondal y Héctor Agulla fueron asesinados por conocer el pacto firmado por los supuestos enemigos irreconciliable. De estas víctimas de los agentes estatales no se acuerda la izquierda. Y yo, como muchos otros de la derecha, tampoco los había tenido en cuenta. Quiera Dios que la sangre de estas víctimas de ambas locuras del pasado nos ayuden a encontrar un camino de concordia entre todos los argentinos. Pedro Rabel Mercado

martes, 10 de abril de 2012

Memoria completa y reconciliación de Alberto SolanetHoy se rinde homenaje a quienes murieron atacando cuarteles y comisarías y no a quienes perdieron

Hoy se rinde homenaje a quienes murieron atacando cuarteles y comisarías y no a quienes perdieron la vida defendiéndolos

La historia sobre los hechos ocurridos en la Argentina durante las décadas del 60 y del 70 se está escribiendo bajo una fuerte influencia de intenciones políticas. Los sentimientos, y más particularmente los resentimientos, constituyen hoy la lente predominante con que se analizan esos hechos. El dolor que la pérdida de un ser querido deja de por vida impide la objetividad y serenidad para evaluar el pasado. Esto es comprensible en quienes han sido afectados por aquella violencia, sean de uno o de otro bando. Pero la falta de objetividad y la parcialidad no son comprensibles en instituciones públicas o privadas responsables de educar a quienes, por su juventud, no fueron testigos de aquello. Tampoco es entendible que se haga un reconocimiento oficial y se indemnice a terroristas que murieron atacando cuarteles y comisarías, o colocando bombas, y que se ignore a los soldados, oficiales y policías que murieron defendiéndolas, cumpliendo con su deber.

Desde hace nueve años, la maquinaria oficial ha volcado su capacidad mediática en exacerbar sentimientos y exponer una visión de la historia propia de los sectores más cercanos a las ideas revolucionarias que motorizaron al ERP, los Montoneros y otros grupos armados. Esta sesgada visión ha alcanzado hoy a diversos sectores de la intelectualidad, del periodismo y de la política, y se impone en las aulas de escuelas y universidades. Con el lema "Memoria, juicio y castigo a los culpables", se ha desarrollado una enorme presión sobre la Justicia, volcándola hacia el juzgamiento de solo una de las partes. Los avances hacia la reconciliación que se habían dado con las leyes de obediencia debida, de punto final y los indultos fueron desandados con la anulación, claramente inconstitucional, de esas leyes. Los numerosos juzgamientos y condenas a militares, policías, gendarmes y civiles han dejado de lado el principio de legalidad, así como el de la irretroactividad de la ley penal. El argumento de que en la represión de los grupos armados no rigieron estas garantías no puede usarse como justificativo para violarlas por parte de un gobierno constitucional.

El agravante de los delitos en la represión del terrorismo por haber sido realizados desde el Estado tampoco exculpa ni quita gravedad a los crímenes cometidos por los grupos armados. Por otro lado, la derrota de esos grupos hizo posible evitar sus designios de hacer de la Argentina otra Cuba.

El primer grupo guerrillero, los Uturuncos, apareció en 1959. En 1964 inició su accionar subversivo el Ejército Guerrillero del Pueblo que, en 1968, tomó la denominación de Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Luego emergieron las FAL, FAR y los Montoneros. La violencia de estos grupos actuó sobre gobiernos de facto y constitucionales y alcanzó su clímax en 1974 y 1975, durante las gestiones de Juan Domingo Perón e Isabel Martínez de Perón. La falsa afirmación que hoy da marco a la historia oficial, de que se trataba de jóvenes idealistas que lucharon contra dictaduras, no resiste ningún cotejo con la realidad conocida.

En 1973 triunfó una fórmula de coalición presidida por Héctor Cámpora pero con fuerte participación de los Montoneros y elementos de ultraizquierda. El día de la asunción de Cámpora le arrancaron un decreto de indulto que liberó a más de 2000 guerrilleros condenados por la Cámara Federal Penal. Al día siguiente, el nuevo Congreso sancionó la amnistía y disolvió ese tribunal. De inmediato, los liberados reanudaron sus crímenes y ataques, incluyendo a los jueces que los habían condenado. Perón no tardó en reemplazar a Cámpora y actuar contra la subversión. Sólo dos días después de haber asumido, los Montoneros asesinaron a José Ignacio Rucci, su más cercano y leal dirigente sindical. Esto lo llevó a decir que "cuando los pueblos agotan su paciencia, suelen hacer tronar el escarmiento". Fue Perón quien ideó la Triple A como método irregular e ilegal para actuar contra una guerrilla, y con la triple A apareció la técnica de desaparición de personas.

A la muerte de Perón lo sucedió su esposa. Los grupos armados tomaban cuarteles, colocaban bombas, secuestraban, asesinaban, e iniciaban acciones militares en el monte tucumano. En septiembre de 1975 ocurría en el país una muerte por razones políticas cada 19 horas, en tanto que hacia el 19 de marzo de 1976 se producía un muerto cada cinco horas y estallaba una bomba cada tres. Fue entonces cuando el gobierno constitucional, a cargo de Italo Luder, dictó el decreto 2772, que establecía: "Las Fuerzas Armadas procederán a ejecutar las operaciones militares y de seguridad que sean necesarias a los efectos de aniquilar el accionar de los elementos subversivos en todo el país". En una reunión de Luder con los comandantes, en la que éstos le expusieron los métodos alternativos para derrotar el terrorismo, el presidente en ejercicio optó por el más efectivo pero más susceptible de derivar en delitos represivos fuera de control. A partir de entonces, y no del 24 de marzo de 1976, se debe considerar el inicio del accionar de las Fuerzas Armadas. Hubo 908 desapariciones durante el gobierno de Isabel Perón, una parte de las cuales se debe adjudicar a la Triple A.

Los métodos de la represión del terrorismo aplicados por fuerzas irregulares (Triple A) a partir de 1974, o regulares a partir de 1975, comprendieron crímenes y delitos que nunca debieron haber ocurrido. Pero también fueron crímenes los cometidos por los grupos subversivos que iniciaron una verdadera guerra civil. No se puede juzgar una parte sin hacerlo con la otra. No es posible interpretar, contra la jurisprudencia internacional, que la calificación de lesa humanidad y la imprescriptibilidad no alcanza a los crímenes de organizaciones armadas que incluso eran sostenidas por Estados extranjeros y algunos de cuyos integrantes ocupaban también empleos públicos. Seguramente no hubiera habido represión ilegal si en mayo de 1973 no se hubiera eliminado la Cámara Federal Penal y ésta hubiera continuado juzgando los crímenes del terrorismo. Fueron los grupos armados quienes luego de amnistiados continuaron accionando con mayor ferocidad.

Deberíamos reflexionar si, estando la sociedad dispuesta a perdonar y a admitir que ex terroristas ocupen hoy cargos de gobierno, no debería promoverse con la misma generosidad una reconciliación y amnistía que comprenda los dos bandos protagonistas de aquel trágico pasado.

domingo, 1 de abril de 2012

Carta a una profesora por el 24 de Marzo

Catriló, 24 de marzo de 2012.-

Señora Profesora

SD

"El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así, un pueblo sin odio no puede triunfar"

Ernesto Guevara de la Serna (a) el Che

"No se puede hacer una revolución con guantes de seda"

"La muerte de un ser humano es una tragedia, la muerte de millones una estadística"

José Stalin

"El poder nace de la boca del fusil"

Mao Tse Tun

De mi consideración:

Me dirijo a Ud. para manifestarle mi total desacuerdo con lo que se enseña en la clase de historia a la que asisten mis hijos, sobre lo ocurrido en la década del 70 en nuestro país.

Lo hago en mi condición de padre y ciudadano preocupado por la desinformación y la falsedad histórica que se esta perpetrando, inoculándola en nuestros jóvenes como veneno. Si bien no soy profesor de historia como sabrá, soy médico veterinario, creo que tengo autoridad para opinar del tema pues no sólo lo he investigado sino que, además fui testigo de esa época. Durante ella terminé mis estudios secundarios, universitarios e hice el servicio militar (1977) en la Fuerza Aérea. Esto motiva mi indignación por que veo a diario como se falsifica todo lo que ocurrió en esa página triste de nuestra historia, ante la indiferencia de los que, como yo, saben lo que paso.

Lamentablemente somos un pueblo cómodo, con poca identidad cultural y me animaría a decir cobarde, pues desde 1970 hasta que ocurrió el golpe todo el pueblo estaba harto y aterrorizado por el clima de inseguridad, terror, atentados con explosivos, secuestros extorsivos, copamientos, asesinatos de empresarios, personal de las fuerzas de seguridad y ciudadanos inocentes, etc., y respiró aliviado cuando los militares se hicieron cargo de la situación. No sólo contaron con el apoyo de la población sino que las principales fuerzas políticas lo apoyaron y prestaron algunos hombres para los ministerios. Es instructivo leer los diarios desde 1972 en adelante así como también los libros de sesiones de la Honorable Cámara de Diputados, sobre todo en las postrimerías de 1975 y principios de 1976. Ahora todo el mundo se horroriza y mira para otro lado.

Es notable leer lo que opinaba la actual ministro de defensa Esc. Nilda Garré que entonces era diputada, está en las sesiones de las cámaras si quiere investigar. La situación mejoró luego del golpe del 24 de marzo volviendo el orden y la seguridad a las calles. Como ya dije, yo vivía en la ciudad de Buenos Aires en esa época y de ninguna manera había ese clima de terror en la población como nos quieren hacer creer ahora. A los sumo, y yo pasé varias veces por eso, había operativos de seguridad donde se pedían los documentos y a veces se revisaba si uno portaba armas. Por lo demás la vida era normal y con mucho, mejor a lo anterior vivido entre 1972 y 1976. La situación se estabilizó a partir de 1978 con la guerrilla prácticamente derrotada. Lo que más preocupaba a la población por esos años era la política económica de Martínez de Hoz, con la famosa tablita del dólar, la circular 1050, etc...

Llamativamente no hay un militar ni un funcionario del proceso preso por el desastre económico de esos años cuando, durante la gestión en economía del Dr. Lorenzo Sigaut y la presidencia del Banco Central del Dr. Domingo F. Cavallo, se estatizó la deuda externa privada entre otras cosas. Lo que pasa es que hay cosas que no se tocan y siguen igual hasta nuestros días.

Se cometieron excesos en la represión, nadie lo duda. Hubo violaciones a los derechos humanos de ambos lados. Nada de eso es justificable moralmente, pero habría que hacer algunas consideraciones. En toda guerra se violan los derechos humanos y se pagan vidas inocentes. La guerra en si es una violación a los derechos humanos y la guerra revolucionaria aún mas. Esto se debe a que el enemigo esta mimetizado con la población y el efecto de la muerte de inocentes, a veces buscada, es una herramienta usada por la propaganda subversiva para ganar adeptos y fuerza para su causa y también para paralizar a una nación mediante el terror. Nadie quería que Hitler ganara la guerra y para eso hubo que bombardear y destruir toda Europa y hubo muchísimas víctimas inocentes, por no mencionar la aberración de las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki. Así también hay que tener en cuenta que la guerrilla empezó a actuar durante los gobiernos constitucionales del Dr. Illía, durante la llamada revolución argentina de Ongania-Levingston-Lanusse y durante los gobiernos constitucionales del Dr. Héctor J. Cámpora, Raúl A. Lastiri, Juan D. Perón y Maria E. Martínez de Perón.

Como he dicho mas arriba, yo fui testigo de todo esto y podría escribir un librito con lo que viví en esos años, pero excedería el alcance de esta carta. Como ejemplo puedo citar cuatro situaciones que me alcanzaron de cerca:

1.- En el año 1973(gobierno democrático) yo salía con una chica que vivía en un departamento con su mamá y sus hermanos de 16 y 7 años, su madre se había separado recientemente. En vísperas de la navidad recibieron un paquete grande envuelto como regalo de navidad sin tarjeta. Como ya estaban en guardia llamaron a la comisaría 17º, que era la más cercana a su domicilio y concurrió el escuadrón antibombas de la Policía Federal. El paquete contenía una bomba de trotyl que, de haber explotado hubiera terminado con la vida de toda la familia mas la de los vecinos (vivían en un sexto piso con departamentos a ambos lados). ¿Que crimen contra la sociedad habían cometido para merecer esta atención de las organizaciones guerrilleras? Muy simple, el padre de esta chica era el decano de la facultad de Filosofía y Letras de la UBA y no comulgaba con las ideas de izquierda de los "jóvenes idealistas". Nada más y nada menos. La prevención que mencioné antes era por que, anterior al atentado con la bomba les habían quemado una quinta que tenían en la localidad de Brandsen.

2.-Durante mis estudios en la carrera de veterinaria en la UBA me hice amigo de una chica que se llamaba Verónica Basco y, junto a otro amigo solíamos preparar materias en su casa que estaba cerca de la mía. Era una persona muy buena, con inquietudes sociales, hacía trabajo social en una villa. Allí conoció a su novio que militaba en montoneros. Un día pasó a la clandestinidad y en 1977 fue muerta por la policía de la provincia de Bs. As... Yo fui al entierro. Su padre era veterinario como quería ser ella. El novio safó como tantos dirigentes de la "orga" que mandaron al muere a cientos de chicos y chicas como esta amiga mía y hoy gozan de libertad y algunos jugosos cargos en el gobierno actual. Para mas datos Ud. puede buscar su nombre en el Google y vera que figura como "desaparecida", aunque no lo es, a la fecha como tantos otros "desaparecidos" que están en México, España, Francia, etc.. Como dato curioso le digo que el total que se le ha pagado a los familiares de "desaparecidos" es de U$S 1.900.000.000,00 esta cifra es de dominio público no así los montos pagados individualmente y las razones de los pagos. Ese dinero, esta de mas aclararlo, salió de los bolsillos de todos los argentinos, como tampoco hay que aclarar que no recibieron un centavo los familiares de los muertos y mutilados por los subversivos, ahora conocidos como "jóvenes idealistas".

3.-En agosto de 1978 a eso de la 1 y pico de la madrugada regresaba a mi casa donde vivía con mis padres y hermanos. Cuando llegué a mi dormitorio explotó el mundo. Si esa explosión me agarraba en la calle o entrando a mi departamento Ud. ahora no tendría a los mellizos de alumnos ni estaría leyendo estas líneas por que yo me habría convertido en una víctima más de la locura subversiva. Sucede que vivíamos enfrente del edificio donde vivía el Alte. Lambruschini. Ellos en el 3º piso y nosotros en el 6º, cruzando la calle. La explosión mato a la hija del Alte., Paula de 15 años y a tres vecinos inocentes. Fue de tal magnitud que demolió prácticamente del 3º piso para abajo al edificio contiguo al de Lambruschini, donde estos mal nacidos habían colocado el explosivo. Al año siguiente hubo que demolerlo completamente. Nosotros tuvimos que estar alojados en casas de familiares durante una semana hasta que se hicieron los estudios que garantizaron que no había daños estructurales en nuestro edificio. Al cabo de esa semana yo me vine a La Pampa a ejercer mi profesión.

4.-Tenía un compañero de colegio de apellido Barceló que cayó en combate en el monte tucumano siendo subteniente, en un enfrentamiento con la compañía Ramón Rosa Jiménez del ERP, unidad que contaba con "instructores" del ejército cubano. Tenía apenas 22 años.

No quiero alargar demasiado esta nota pero agregaré que esta falsificación histórica tiene como mínimo y para simplificar, dos objetivos. Uno es tomar venganza de los que los derrotaron por las armas y el otro es la de instalar la revolución socialista en nuestra patria, cosa que nunca pudieron conseguir por el voto ya que esa izquierda históricamente nunca obtuvo, ni obtiene en el presente, más del 1 % de los votos. Esa falta de apoyo popular fue en parte la causa, junto con el firme accionar de las FFAA y de seguridad, de la derrota de los ejércitos subversivos. Yo me acuerdo que cuando se ocultaban en las villas de emergencia los villeros los denunciaban. Lo mismo ocurrió con los paisanos en Tucumán y habría que decir que fue el caso del Che en Bolivia. Las fuerzas subversivas (ERP y Montoneros mayormente) contaron en su apogeo con cerca de 30.000 efectivos entre tropas y apoyo, con una estructura de mandos similar a la del ejército. Contaban con hospitales clandestinos y fábrica de armas, logística y propaganda. Todo esto financiado por el producto de asaltos a bancos, secuestros y el apoyo, vía Cuba, de la URRSS. Esta agresión a nuestra Patria de una potencia de 1º orden como era la URRSS estaba inscripta en el marco de la guerra fría.

Por último le hago una observación: supongo que Ud. es católica y no se si sabrá que estos muchachos, por ideología, son enemigos de toda religión y principalmente de la católica. También son partidarios de la legalización de la aberración del aborto y el casamiento entre homosexuales, la eutanasia y otras lindezas. Curiosa forma de pensar entre quienes dicen honrar la vida. De instalarse un gobierno de su ideología no habría, se lo aseguro, lugar para curas e Iglesias. Le recomiendo también que ingrese en la página Web de madres de plaza de mayo (www.madres.org) y ver el odio que destila su contenido. También preste atención a las opiniones de "muchachos" como el Sr. Vervitsky, Bonasso, Kunkel, Taiana, etc., actuales funcionarios del gobierno.

Si desea información documentada puede leer "Por Amor al Odio" tomos 1 y 2 del periodista Carlos Acuña de editorial El pórtico. Allí se hace un análisis del fenómeno guerrillero en Sudamérica y la argentina en particular desde fines de la década del 50 que es cuando realmente comenzó. Es muy valioso ya que toda la información que contiene esta respaldada por documentos. También es interesante el libro del montonero Pablo Giussani "Montoneros, la soberbia armada".

Sin otro particular y con ánimo de construir la saludo atentamente.

Ricardo José Siutti