lunes, 4 de diciembre de 2017

miércoles, 22 de noviembre de 2017

jueves, 9 de noviembre de 2017

miércoles, 21 de junio de 2017

jueves, 25 de mayo de 2017

Si no Veta no Voto - Por José D´Angelo Rodríguez



María Eugenia Vidal metió una GRIETA entre los votantes de Cambiemos que confiaban que con Macri “se acababa el curro en Derechos Humanos”.

Y lo ha hecho con la ABSURDA, DEMAGOGICA y ESTRAFALARIA ley – por decir lo menos – que obliga a los funcionarios provinciales a decir, escribir y pensar que los “desaparecidos” son 30.000. Ni el kirchnerismo se atrevió a tanto.

LOS DESAPARECIDOS NO SON 30.000 O ALGUIEN OCULTA 23.000 NOMBRES.
Según los registros oficiales hechos por el gobierno K, durante 12 años, y con “la fuente permanente” del “Equipo de Antropología Forense”, la “Asociación de Ex Detenidos – Desaparecidos” y la “Asociación Abuelas de Plaza de Mayo” LOS DESAPARECIDOS SON 7.098.
Ver: http://www.jus.gob.ar/…/2._anexo_i___listado_de_v_ctimas_de…
y
http://www.jus.gob.ar/…/2._anexo_i___listado_de_v_ctimas_de…
Entonces ¿Quién oculta el nombre de 23.000 personas? ¿Estos desaparecidos desaparecidos, en 30 años, ¿no tienen UN SOLO FAMILIAR, un “compañero de militancia”, una organización a la que hayan pertenecido? ¿NADIE puede aportar NADA?

La gobernadora que se rindió al “relato” de la “memoria” ¿SABE LOS NOMBRES PARA OBLIGAR A AFIRMAR QUE SON 30.000?

Esta decisión grotesca, extravagante, inadmisible, irracional, ilógica y desatinada, ingresa a la historia de las peores cosas que tiene que soportar nuestra sociedad, nuestro país. COMO SI MAÑANA A ALGUIEN SE LE OCURRIESE DECIR QUE LOS RATONES SON MAS GRANDES QUE LOS ELEFANTES Y NOS OBLIGARA A PENSAR ASI. 
Por favor, que, además, alguien les avise que, si aparecen COBRAN $5.000.000.-
Desde 1994 hasta 2015 se pagaron más de 3.000 millones de dólares en indemnizaciones por “desaparecidos y muertos por el Estado” (7.907 casos) y por haber estado detenidos (11.734 casos) y todavía los argentinos no sabemos a quién se le pagó y que funcionarios y estudios de abogados intervinieron en estos trámites.

En este asunto, en el “curro en Derechos Humanos”, ¿cambió algo con Cambiemos?
CONOCE LA MÁS SERIA INVESTIGACIÓN ESCRITA HASTA AHORA SOBRE LOS DESAPARECIDOS Y EL “CURRO” EN DERECHOS HUMANOS.
Lee una síntesis del libro en
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¿Qué dijeron sobre el libro?
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martes, 23 de mayo de 2017

Las Vinculaciones de Montoneros con el Terrorismo Islámico

En momentos en que el mundo se conmueve y condena el atentado terrorista en Manchester, resulta adecuado recordar las vinculaciones de Montoneros con el Terrorismo Islámico.



En el profusamente difundido libro de Marcelo Larraquy: “Fuimos soldados – Historia secreta de la contraofensiva montonera”, hay decenas de citas que demuestran la estrecha cooperación entre Montoneros, el Líbano y la OLP, en ambas direcciones; es decir, tanto para la comisión de actos terroristas en la Argentina como contra blancos israelíes.

La colaboración llegaba a tal punto que los Montoneros recibían instrucción militar y contaban con campos de entrenamiento en el Líbano y, por su lado, montaron allí –con tecnología y asistencia tecnológica propia- una fábrica de explosivos plásticos (que, naturalmente, estaban destinados a cometer atentados en Israel y contra blancos judíos en el mundo).

Así, el libro citado describe que “Mendizábal [miembro de la conducción montonera] acababa de hacer pública la alianza entre Montoneros y la OLP en una conferencia de prensa en Beirut. La revista Cambio/16 había recogido el tema en un artículo. Allí Mendizábal revelaba que había instalado una fábrica de explosivos plásticos al servicio de la OLP y los árabes pusieron sus instructores militares para los montoneros que comenzaban a entrenarse en El Líbano”.

Más adelante, se confirma este acuerdo con algunos detalles más:

“Montoneros se estableció en Beirut en el año 1977, después de cuatro años de relaciones con la Organización de Liberación Palestina (OLP). Al principio fueron contactos políticos con un delegado palestino en Europa, luego se firmaron acuerdos de logística, documentación y transporte de armas. Finalmente la cooperación mutua se hizo pública en mayo de 1977 cuando el líder árabe Yasser Arafat recibió en Beirut a los comandantes Mario Firmenich y Fernando Vaca Narvaja. Montoneros, que sumaba el apoyo internacional de partidos y organizaciones socialdemócratas y de izquierda, presentó la foto como una victoria política.
“El acuerdo con los árabes tenía una cláusula secreta: su aspecto militar. La OLP, a través de su fracción interna Al Fatah, ofrecía campos de entrenamiento, instructores militares y misiles RPG7, entre otros armamentos. Montoneros, por su parte, instalaría en el sur del Líbano una fábrica de explosivos plásticos cuya producción quedaría bajo el mando de un técnico argentino, un ingeniero químico que contaba con un doctorado en explosivos en el exterior. A un año y medio de la firma, en septiembre de 1978, los acuerdos se estaban cumpliendo…”


Esto significa que los miembros de la organización Montoneros son responsables no sólo por los crímenes cometidos en la Argentina sino también por muchos de los crímenes que las organizaciones terroristas islámicas hubieran cometido en el exterior contra objetivos israelíes o estadounidenses, con explosivos fabricados por ellos y con conocimiento expreso de los fines a los que esos explosivos estarían destinados.

Abundan las referencias al apoyo de Estados extranjeros de Oriente Medio:
“Las tropas de Infantería vivieron en forma clandestina durante tres meses en Buenos Aires diseñando las acciones militares que luego llevarían a cabo, pero antes se habían instruido durante otros tres meses en Medio Oriente. Había tres bases de entrenamiento, dos en El Líbano y otra en Siria, para la preparación de tres pelotones. Una de las bases estaba ubicada en Damour, una aldea a 24 kilómetros al sur de Beirut, situado sobre una costa rocosa del mar Mediterráneo, que había sido ocupada por los palestinos en 1976, después de desalojar a los cristianos.(…)
Después, en la casa o fuera de ella, dos instructores árabes que hablaban inglés –y un montonero que con la ayuda de un diccionario traducía sus palabras al español- los interiorizaban sobre el armado, uso y manipulación de explosivos, les enseñaban a proteger las posiciones y a ensayar los desplazamientos adecuados para tomar un territorio…”

En otras partes del mismo libro:
“Durante 1979, el Departamento de Logística y Personal [de Montoneros] había continuado con el reclutamiento de combatientes en México y Madrid para enviarlos hacia El Líbano”.
(…)
“…Su hijo Gustavo, de 18, que se había entrenado en El Líbano, era correo internacional de la Conducción. Viajaba por Europa llevando documentos y pasaportes.” 
(…)
“…Laura viajaría al Líbano para hacer la instrucción militar y luego volvería a la Argentina con las Tropas Especiales de Infantería (TEI).”

lunes, 15 de mayo de 2017

Terrorismo de Estado Vs. Terrorismo Privado ¿Cuál es más aberrante? Por Pedro Rafael Mercado

Hay determinados argumentos que a fuerza de repetición se terminan instalando en la sociedad. Y de alguna manera terminan condicionando todo lo que se dice en la materia. A tal punto que uno termina sintiéndose casi un hereje por tan sólo intentar cuestionar su validez. Se afirma, como si tratara de una verdad revelada, que no pueden compararse los “crímenes” cometidos desde el estado, con aquellos “delitos” cometidos por las organizaciones terroristas. Que una cosa sería el terrorismo de estado y otra el terrorismo efectuado por organizaciones privadas.
Y me lo repitieron tantas veces, que sin pensarlo mucho lo terminé aceptando. No me atrevía a caer en la herejía de cuestionar su validez. Pero la indignación que tengo por estas horas, ante tanta hipocresía frente al 2x1, me ha llevado a dar el salto y a preguntarme abiertamente si realmente resulta más aberrante el presunto delito de un agente del estado, en comparación con un delito similar de los particulares.
Y no me refiero a la categorización jurídica. Está más que claro que, en términos legales, son tan delitos de lesa humanidad los crímenes cometidos por un estado, como los atribuibles a una organización de naturaleza privada, cuente o no cuente con la apoyatura estatal. Salvo para los tribunales de Argentina, que aplican pero no leen el Estatuto de Roma, para el resto del mundo, esta cuestión no ofrece mayores diferencias.
Yo quiero referirme a la valoración moral y social de estos hechos. ¿Son siempre más aberrantes los crímenes cometidos por una fuerza estatal? Imaginemos el siguiente escenario, que seguramente nunca pasó en Argentina. Un grupo de jóvenes idealistas, enojados con la política económica de un gobierno, coloca una carga explosiva en el domicilio de una familia, cuyo titular es funcionario de segunda línea de un ministerio del estado. Para asegurarse de que nadie logre escapar de la explosión, un grupo de estos buenos muchachos, con armas automáticas, toma posición para evitar que nadie pueda salir de la vivienda. “Hay que matarlos a todos, en nombre de la revolución”. Y la explosión se produce… y la casa se desploma con toda la Flia dentro. Hay algunos muertos, varios heridos, y los jóvenes idealistas levantan la copa para celebrar.
Imaginemos que un operativo del estado persigue a los delincuentes y después de un intercambio de disparos, cuando los jóvenes idealistas se sienten atrapados, levantan las manos y exigen un trato humanitario. Imaginemos que algunos uniformados, cansados de enterrar camaradas y familiares de camaradas, deciden hacer justicia por su cuenta y se olvidan de la bandera blanca, quitando la vida de los delincuentes.
Sin lugar a dudas que la reacción es desmedida y condenable. Pero ¿Cuál de los crímenes es más aberrante? ¿Cuál de los delitos merece una condena moral y social más grave? ¿El soldado que se excedió en la aplicación de la fuerza o el terrorista que atentó contra la vida de una familia indefensa?.
O dicho en forma poética, como Sor Juana Inés de la Cruz:
“¿O quién es más de culpar, aunque los dos el mal hagan?
¿El que peca por la paga, o el que paga por pecar?”
Tal vez la sociedad tenga que revisar, algún día, muchos de los mitos que la mentira organizada hizo internalizar en la conciencia de los argentinos.
Pedro Rafael Mercado
My (R) Ejército Argentino

domingo, 14 de mayo de 2017

CECILIA PANDO VIOLENTO DEBATE EN AMERICA 24

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Reportaje a un veterano de Malvinas

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LOS MONTONEROS Y LA LESA HUMANIDAD - APOYOS DEL ESTADO

EVIDENCIAS DE LA RELACIÓN “MONTONEROS” – ESTADO NACIONAL Y PROVINCIAL

La jurisprudencia de nuestros tribunales demanda, hasta ahora, para que un delito sea considerado en la categoría de crimen de lesa humanidad y tenga carácter imprescriptible, la relación con un Estado Nacional o extranjero que haya de algún modo intervenido o ayudado en su comisión. No compartimos esa limitación, como más adelante lo expondremos brevemente; pero aun si aceptamos ese estrecho criterio, existen pruebas que vinculan a la organización Montoneros con el Estado nacional argentino y con el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, entre 1973 y 1974.

Evidencia Nº 1

En su libro “Diario de un clandestino”, el señor Miguel Bonasso reconoce expresamente que hacía inteligencia para la organización Montoneros, mientras trabajaba para la Presidencia de la República, en 1973 1],. Los párrafos correspondientes a tal admisión dicen textualmente:
“(Fines de mayo y primeros días de junio de 1973) Ya está: por primera vez en mi vida soy oficialista y trabajo en la Presidencia de la República. Mario Cámpora me convocó y me dijo que su tío quería tenerme cerca porque venían momentos complicados. Me muevo como asesor libre, aunque reviste formalmente en la Secretaría de Prensa que ocupa el veterano José María Castiñeira de Dios. Allí, uno de sus segundos, el periodista profesional Oscar García Rey (que nunca fue peronista y está allí respondiendo a José Gelbard) me pide que organice un grupo de ‘inteligencia’. Le digo que sí, por supuesto y me cago de risa. O el tipo es un cabrón y me está gastando porque sabe algo o es un gil a la acuarela. Porque yo ya realizo tareas de inteligencia pero para la Organización Montoneros.
(…)
“En la Organización Montoneros, hay un nuevo ámbito ‘de gobierno’, para atender a los compañeros que nos movemos en esta difícil ‘superestructura’. No debería ni pensarlo, pero me dio en los huevos encontrarme allí a un oportunista que hace seis meses era del PRT-ERP y se burlaba de Dardo y de mí, diciendo que no sabía si defendíamos al socialismo nacional o al nacional socialismo y ahora –que es tan cómodo y vistoso- ha decidido ‘encuadrarse’ en Montoneros. O, mejor dicho, en el funcionariado montonero”
.[2]

Ese “funcionariado montonero”, del que habla Bonasso, llegó hasta tal nivel de poder que incluso los montoneros expulsaron del Ministerio de Educación a sus propios compañeros que adhirieron al grupo “JP Lealtad” o “Montoneros Lealtad”, como lo relatan Eduardo Anguita y Martín Caparrós en su libro: “La Voluntad”. Según esa descripción, la orden llegó desde la cúpula misma de Montoneros y los funcionarios que ejercían la autoridad formal no podían resistir la directiva.[3]

Como V.S. puede fácilmente observar, del reconocimiento de Bonasso y demás bibliografía citada, se desprenden las siguientes conclusiones:

a) El señor Miguel Bonasso trabajaba para la Presidencia de la República, a partir de mayo de 1973.
b) Desde ese cargo, hacía inteligencia para “Montoneros”
c) Había un funcionario del E.R.P. trabajando para la presidencia.
d) Había ya no un funcionario, sino un “funcionariado montonero”, como expresamente lo admite el autor.
e) La coordinación entre ese “funcionariado” y la organización terrorista era tan estrecha que “Montoneros” había creado un ámbito para atender a “sus hombres” en el gobierno y, además, la organización terrorista tenía verdadero poder sobre áreas de la administración. Por si existiera alguna duda, el capítulo citado se titula “EL GABINETE DE LOS MONTONEROS”.

Evidencia Nº 2

Esas tareas de inteligencia involucraban –entre otras cosas- escuchas telefónicas realizadas por el grupo, como surge de la conjunción de párrafos de dos libros de Bonasso. En el mismo capítulo del libro “Diario de un clandestino” citado en la “Evidencia Nº 1”, precisamente en un párrafo situado entre los dos que fueron transcriptos, y separado aquí por razones metodológicas, el señor Bonasso dice:

Al mismo tiempo, ando cerca de otro grupo interesante que se reúne en el Ministerio del Interior, en torno de dos subsecretarios muy piolas: Domingo Mercante, hijo del mitológico coronel Mercante a quien en los cuarenta llamaban ‘el corazón de Perón’, y el excelente jurista Leopoldo ‘Polo’ Schiffrin. Por allí andan también tres destacados colegas: el Perro Verbitsky, Luis Guagnini y Pablo Piacentini, que es secretario de prensa del ministro del Interior, Esteban Righi, para quien escribe un excelente discurso dirigido a los jefes de la Policía Federal, condenando la tortura.”[4]

Por otro lado, en su libro “El presidente que no fue”, al describir la confrontación de Ezeiza, durante el arribo de Perón, y un diálogo con la viuda de John William Cooke, Bonasso escribe:
“…Walsh opinaba exactamente lo mismo. Ayudado por el ‘Perro’, había hecho ‘escuchas’ antes, durante y después de Ezeiza, para tratar de hacer entender a la conducción de FAR y Montoneros lo que se estaba cocinando a nivel de contrainsurgencia y que no se detenía así nomás, sólo exhibiendo capacidad de movilización”.[5]

Por tanto, de las citas transcriptas de los libros “Diario de un clandestino” y “El presidente que no fue”, ambas referidas al período “mayo-junio” de 1973, surge:
a) Que las tareas de inteligencia eran compartidas con Rodolfo Walsh y Horacio Verbitsky (“el Perro”)
b) Que, como mínimo, Verbitsky pertenecía a un grupo centrado en el Ministerio del Interior, al que se integraba también Bonasso
c) Que Walsh y Verbitsky hacían escuchas telefónicas para esa época, por otro lado, no constituye un secreto que Walsh y Verbitsky pertenecían al área de “inteligencia” de Montoneros.

Además de esto, está claro que los miembros de Montoneros colaboraban con dinero obtenido de sus sueldos en el Estado en favor de las arcas de esa organización terrorista, como surge –entre otros elementos- del libro La Voluntad, de Eduardo Anguita y Martín Caparrós, al referirse a tres “guerrilleros notorios”, asesores de Mario Kestelboin en la facultad de Derecho, durante la presidencia de Cámpora; lo cual implica –además- financiamiento del terrorismo y es contrario a la convención internacional que pide reprimir esa actividad.[6]

Evidencia Nº 3

Juan Gasparini, primero militante de las FAR y después de Montoneros, escribió –entre otras obras- el libro: “Montoneros: final de cuentas”. Al tiempo de la publicación, según la portada del libro, el autor trabajaba como periodista independiente desde Suiza y estaba acreditado como corresponsal de las Naciones Unidas en Ginebra.

En la obra citada, transcribe una autocrítica de Enrique Gorriarán Merlo, realizada en un reportaje para la Agencia Latinoamericana de Información, en Cali, Colombia, 1984, en la que el terrorista del ERP sostiene que la lucha armada de esa organización, durante el gobierno democrático nacido en 1973, “fue utilizada por parte de los derechistas para adelantar el desplazamiento de sectores positivos del aparato del Estado como fue el caso de Oscar Bidegain (obligado a renunciar a la gobernación de Buenos Aires después del copamiento de la Unidad Militar de Azul) y el de Julio Troxler, en aquel momento subjefe de la Policía de Buenos Aires”.[7]

Como V.S. puede ver, Gorriarán Merlo se lamenta de haber contribuido al desplazamiento de Bidegain y Troxler del “aparato del Estado”. Tal vinculación entre las acciones del ERP y la renuncia de Bidegain y Troxler fue incluso consignada por el propio Gorriarán Merlo en su libro “Memorias de Enrique Gorriarán Merlo – De los setenta a La Tablada”, donde el guerrillero del ERP señala que el ataque al regimiento de Azul “fue el argumento que utilizó el gobierno para pedirle la renuncia a Oscar Bidegain, el gobernador de la provincia de Buenos Aires. En ese momento, Julio Troxler –que era uno de los sobrevivientes de los fusilamientos de José León Suárez- era subjefe de la policía de la Provincia de Buenos Aires”. Y agrega:
Directamente Perón habló después de lo de Azul y acusó a Bidegain de haber favorecido la acción”[8]

Los diarios de la época indican que efectivamente Perón culpó a Bidegain –quien además tenía su casa en Azul- por lo ocurrido.

Los hechos y las propias palabras de Bonasso en el ya citado libro: “Diario de un clandestino”, parecen mostrar que las sospechas de Perón no estaban centradas en una mera negligencia del entonces gobernador de Buenos Aires. En efecto, Bonasso relata en esa obra que Bidegain participó activamente de una reunión del Consejo Superior de Montoneros, realizada en Managua, durante la revolución sandinista (abril de 1980), y que propuso incluso pasar ciertas cuestiones a votación, como efectivamente se hizo.[9] Además, él mismo era miembro del Consejo Superior de Montoneros.

Por otro lado, Eduardo Zamorano, en su libro: “Peronistas revolucionarios”, revela que Troxler impartía entrenamiento militar a los Montoneros: “Pero seguramente lo que más molestó a Perón, aquello que activó sus alarmas de viejo militar, fue el proyecto de las ‘milicias populares’.
“Es sabido que el Delegado de la Juventud, Rodolfo Galimberti, se desdijo rápidamente de su exabrupto y, para mayor humillación, fue destituido de su cargo.
“Menos conocido es que el proyecto no por eso fue desactivado.
“Montoneros comenzó a brindar instrucción militar masiva a todos sus cuadros. Ello se extendió incluso a los ‘aspirantes’.
“En las agrupaciones políticas la formación militar abarcaba el ‘orden cerrado’ y la organización por pelotones de cinco personas.
“El manual militar tenía como guía la instrucción que recibían las tropas de infantería de las fuerzas armadas regulares, incorporándose los elementos acordes con la especificidad de la situación.
“Los campamentos y las actividades desarrolladas en ellos, si bien procuraban una cierta discreción, no eran clandestinos; en la provincia de Buenos Aires, el Sub-Jefe de la Policía –Troxler- conocía y facilitaba estos emprendimientos”.
[10]

Más aún, José Amorín, otro ex montonero, en su libro: “Montoneros: La buena historia”, revela que las armas que utilizó la organización para asesinar a José Ignacio Rucci fueron transportadas por Gustavo Lafleur, por orden de Roqué, “en un auto oficial del gobierno de la provincia de Buenos Aires”[11]. Este dato, que ya de por sí es indicio suficiente de complicidad de ese gobierno con el asesinato, podría indicar también que las propias armas fueron proporcionadas por el Estado bonaerense.

Pero además, también Bonasso publicó que “en 1973 Juan Carlos ocupó un cargo formal en el gobierno de la provincia de Buenos Aires que conducía Oscar Bidegain. El puesto era sólo una tapadera de su real actividad: la conducción de la columna La Plata de Montoneros”.[12]

Son varias las pruebas de este género que ofrece Bonasso. En otra parte del mismo libro revela:
“En una reunión con mi ‘respo’ [es decir: el responsable, el superior de Bonasso], el Cabezón Habegger, y con el Pinguli, trasmito alborozado la buena nueva. Pinguli, en su estilo parco e introvertido, se muestra complacido y establece que el Cabezón va a supervisar los preparativos. Tiene credenciales para hacerlo: ha sido el responsable del Operativo Dorrego donde la Juventud Peronista desarrolló una tarea de asistencia a la comunidad junto con el Ejército, ha conducido detrás de las bambalinas a los cuadros que trabajaron en la gobernación de Oscar Bidegain y tiene muy buenas relaciones con el empresario Miguel Nazar, que conduce la CGE bonaerense”.[13] (el subrayado es mío).

En conclusión:

a) Entre 1973 y 1974, hubo un gobernador de la Provincia de Buenos Aires –Oscar Bidegain- que pertenecía a la organización Montoneros, integraba su Consejo Superior, participó de sus decisiones y, como mínimo, resultaba confiable para otras organizaciones terroristas; además de la acusación elíptica de Perón sobre su complicidad en acciones como el ataque al Regimiento de Azul.
b) Simultáneamente, hubo un Sub-Jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires –Julio Troxler- designado por el propio Bidegain, quien no sólo era confiable para las organizaciones terroristas sino que les facilitaba campos de entrenamiento e instrucción militar.
c) Esa instrucción militar se impartía a todos los miembros de Montoneros, sin excepción.
d) El apoyo logístico bonaerense se extendía incluso a los atentados, como el asesinato de José Ignacio Rucci, para el cual el gobierno de la provincia de Buenos Aires proveyó, como mínimo, un auto oficial.
e) El gobierno de la Provincia de Buenos Aires funcionaba como cobertura y apoyo de las actividades terroristas, muchos de sus cuadros estaban insertados en el escalafón bonaerense.

En los 70, deberían haber ganado los terroristas - Por Horacio Palma

Me hubiese encantado solo para que Morales Solá no pudiera sentar su gordo trasero en el kavanagh,
para que los dueños de Clarin y La Nación estuvieran presos por Papel Prensa y no millonarios por eso,
para que los periodistas estuvieran trabajando con terror para un régimen tipo Maduro,
para que los empresarios tuvieran todas sus empresas expropiadas y sus familias desgarradas por secuestros y extorsiones,
para que los polìticos estuvieran presos en cárceles del régimen y no millonarios durmiendo en sus bancas,
para que los curas estuvieran viviendo de alquilar las iglesias para cine o espectáculos,
para que medio país estuviera exiliado en Uruguay, Paraguay, Chile o Bolivia,
y sobre todo, para que vos, y tus viejos y tus hijos, no tuvieran hoy papel higiénico con qué limpiarse el culo.
Horacio R. Palma

Este país es genial y loco. O viceversa - Por Horacio Palma

Cada dos días tengo que apagar todo, recluirme en mis recuerdos y hacer un esfuerzo para meditar y convencerme de que no estoy loco y que sí es cierto que viví lo que viví.

Cada vez que escucho a un coro de notables asegurar: "el miedo reinaba en los tiempos del gobierno militar..." abro los ojos no sin asombro y miro en derredor. 

Yo iba a la escuela, salía a bailar hasta cualquier hora, volvía caminando, en bici, en moto o en auto, según pasaron los años. Nunca viví el miedo. Nunca ninguno de mis compañeros o amigos de calles en Gualeguay me comentaron alguna vez tener miedo. 

Las casas no tenían ni rejas ni candados ni diez cerraduras. Jamás "hice novio" en un zaguán de puertas blindadas. Íbamos al carnaval, disfrutábamos de nuestra libertad...éramos felices y nadie nunca comentó: che, no, no salgamos que afuera están los militares matando gente.

Pues resulta que hoy, 40 años después, escucho a viejos amigos o compañeros de entonces, desmentir aquella feliz realidad de nuestra juventud con el cuentito de "la noche más oscura".

Yo no sé si don Horacio Pavón Ezpeleta era revolucionario, aunque mucha pinta no tenía... pero resulta que en la secundaria nos enseñó con puntos y comas la Constitución Nacional.. a pesar de que gobernaba un gobierno de facto.
Luego llegó la democracia, yo por entonces dejaba el secundario y cada uno de los que con discursos grandilocuentes nos hablaban de las dulces mieles de la democracia que se pavoneaba flamante, oronda y virgen, nos juraban que venía lo mejor. Nos prometieron libertad, irreverencia, discusión y disenso ... en paz.

Este país es genial y loco. Esos mismos hoy, con la democracia ya desflecada, un poco pava y no tan virgen, se olvidaron de las promesas de libertad, parece que ahora ya no les conviene, y me intiman a que no discuta, que no disienta.. y que descrea de mis hermosos recuerdos de juventud.. cuando caminaba en paz por las calles de mi pueblo y los zaguanes no eran cárceles de máxima seguridad, sino lugares cómplices para besos con gusto a cielo.
Horacio R. Palma Escritor contumaz

Nietos Recuperados y Niños Asesinados

Cómo decía Sor Juana Inés de la Cruz... ¿Quién es más de culpar, aunque los dos el mal hagan?..

Este mensaje está dirigido a las madres y abuelas de aquellos que con las armas atacaron las instituciones de la República en un gobierno democrático.

A mí no me pueden engañan y a vos ?



sábado, 13 de mayo de 2017

DECLARACIÓN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES DE BUENOS AIRES

La Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires expresa su preocupación por el afán expuesto por ciertos sectores de la sociedad, así como también de la dirigencia política y gubernamental, en desconocer el fallo emitido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso “Muiña” el 3 de mayo del corriente año.
Reiterando los argumentos vertidos por esta Academia en su dictamen del 7 de diciembre de 2004, ella considera que la aplicación de la ley penal más benigna tal como está regulada en el art. 2° del Código Penal es una garantía constitucional que, por integrar el concepto de ley penal previsto en el art. 18 de la Constitución Nacional, y adecuarse a las prescripciones del art. 9 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el art. 15 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, no puede ser desconocido por una sociedad y su dirigencia si es que aspiran a una convivencia democrática basada sobre la tolerancia, la libertad, la dignidad y el progreso que están plasmadas en el Preámbulo de nuestra Ley Fundamental.
Esta Academia entiende que el fallo de la Corte se ajustó a una estricta aplicación de la ley conforme a las reglas del Estado de Derecho, con prescindencia de la aceptación o rechazo que pueda merecer su parte dispositiva, inclusive para los jueces del Alto Tribunal que conformaron el voto de la mayoría.
Asimismo, considera que fueron deplorables para la preservación de la institucionalidad republicana ciertas actitudes tales como requerir el juicio político de aquellos jueces por el contenido de una sentencia; la insólita denuncia penal por el delito de prevaricato efectuada por un integrante del Ministerio Público Fiscal que lo descalifica jurídicamente; las manifestaciones efectuadas por algunos jueces provinciales desconociendo que, para la Constitución, la jefatura de la función judicial del gobierno corresponde a una Corte Suprema de Justicia (art. 108); y las audaces declaraciones emitidas por integrantes del Poder Ejecutivo Nacional que, al pretender interferir en el funcionamiento independiente de los jueces, quedan alcanzados por los efectos colaterales de la prohibición establecida para ellos de arrogarse el conocimiento de causas penales o ejercer funciones judiciales (art. 109). Son comportamientos que no se compadecen con aquellos propios de una sociedad cuya cultura cívica está consolidada.
Toda sentencia judicial puede ser objeto de una vehemente discusión y debate, pero sin llegar al extremo de apartarse del cauce constitucional procurando que aquella responda a cierta concepción política y no al mandato de la ley. Semejante actitud fomenta el curso de la desconstitucionalización, deteriora la educación cívica y conduce, inexorablemente, a la sustitución del imperio de la ley por la voluntad de la fuerza irracional. Son fenómenos que esta Academia procura evitar dando cumplimiento a su objetivo estatutario y con el propósito de preservar la sensatez republicana.
Buenos Aires, 12 de mayo de 2017.
Emilio P. Gnecco Jorge R. Vanossi

¡Qué Boludos, Mamita, Qué Boludos! por José D´Angelo Rodríguez

Los países que sufren, o han sufrido, el flagelo terrorista PERSIGUEN a los extremistas, los ENCARCELAN o los MATAN. Así pasa en Brasil, Mali, España, Pakistán, Francia, Nigeria, EEUU, Yemen, Bélgica, Egipto, Alemania, Turquía, Rusia, India y etc., etc., y más etc. 

En la Argentina, nuestra dirigencia política, por tener el “culo sucio” en los “70”, para pasar por “progres” y para “castigar” de por vida a los militares – por “golpistas” y por sus excesos en la guerra contra las guerrillas (excesos que también cometió el peronismo en el poder) – LES REGALARON LA HISTORIA A LOS TERRORISTAS – que estos la transformaron en “relato” –, les RINDIERON PLEITESÍA y HOMENAJE, LOS TRANSFORMARON EN “EJEMPLO” PARA NUESTRA JUVENTUD y LES PAGARON CON LA PLATA DEL PUEBLO ARGENTINO MULTIMILLONARIAS INDEMNIZACIONES por haber sido…¡¡¡terroristas!!!. 

Para dar un ejemplo: el, ahora periodista, Eduardo Anguita, integraba la banda terrorista ERP (“Ejército Revolucionario del Pueblo”). Además de otros hechos criminales, este señor en Septiembre de 1973, mientras gobernaba el peronismo en el país, junto con una banda de asesinos mesiánicos, o “psicópatas” como los llamaría el luego Presidente Juan Perón, asaltó una instalación del Estado para robar armamento para seguir el combate “por la patria socialista” contra el gobierno constitucional. 
En la acción mataron al 2do Jefe del Regimiento de Infantería 1 “Patricios”, TENIENTE Coronel Raúl Duarte Ardoy. 

A Anguita lo detuvieron, lo juzgaron y lo encarcelaron POR TERRORISTA: Raúl Lastiri, Juan Domingo Perón, Isabel Perón y los militares. 



Llegó la democracia y Anguita, POR HABER SIDO TERRORISTA, cobró $208.501 o U$S208.501 en Octubre de 1994, según Expte. 334.231/92 del Ministerio del Interior.

Hasta 2015 se pagaron más de 2.000 millones de dólares en indemnizaciones por “desaparecidos y muertos por el Estado” (7.907 casos) y por haber estado detenidos (11.734 casos).

¿Cambió algo con Cambiemos?

Como diría el “Coco” Basile: “¡Que boludos, mamita, que boludos!”


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El "Negro Martín" - Otro Joven Idealista por José D´Angelo Rodriguez

Orlando Benjamín Fabián, nombre de guerra “Negro Martín”, integraba la banda terrorista ERP (“Ejército Revolucionario del Pueblo”) que, además de otros centenares de crímenes, en diciembre de 1975 y mientras en el país gobernaba el peronismo, asaltó una instalación del Estado (Batallón Depósito de Arsenales del Ejército argentino, en Monte Chingolo, Gran Buenos Aires) para robar armamento con la finalidad de seguir el combate “por la patria socialista” contra el gobierno constitucional de Isabel Martínez de Perón. La acción tenía por objetivo apropiarse de 13 toneladas de armamento: 900 fusiles FAL, 100 fusiles M16, seis cañones antiaéreos de 20 mm, quince cañones sin retroceso, 37 escopetas Ithaca y 150 subfusiles, además de toneladas de munición para estas armas.
 

El también integrante del ERP, investigador y músico Gustavo Plis Sterenberg, escribió un libro, “Monte Chingolo” adonde detalla minuciosamente todas las circunstancias del combate, que los terroristas perdieron estrepitosamente, y relata así la muerte de Fabián: “Al bajar del camión, y antes de lograr ponerse en posición de cuerpo a tierra, también Orlando Benjamín Fabián (“Negro Martín”) recibió dos impactos de bala: uno en la ingle izquierda y otro, fatal, en el corazón. Cuando se desplomó sobre el césped ya estaba muerto.” 



Durante el gobierno peronista de Eduardo Duhalde, 19 de mayo de 2003, alguien cobró por él, POR HABER SIDO TERRORISTA, una indemnización de $317.588.- según Expte. 428.994/97 del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.

Hoy, mientras transcurre el segundo año del gobierno de Cambiemos, su nombre sigue figurando en el Parque de la Memoria (que depende del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, gobernada por el PRO, desde hace 10 años) y está incluido en el “Listado de Víctimas de la represión ilegal del Estado” de la Secretaría de Derechos Humanos como ASESINADO. 


Desde 1994 hasta 2015 se pagaron más de 2.000 millones de dólares en indemnizaciones por “desaparecidos y muertos por el Estado” (7.907 casos) y por haber estado detenidos (11.734 casos) y todavía los argentinos no sabemos a quién se le pagó y que funcionarios y estudios de abogados intervinieron en estos trámites de los que no se conoce nada.


En este asunto, en el “curro en Derechos Humanos”, ¿cambió algo con Cambiemos?
LA MÁS SERIA INVESTIGACIÓN ESCRITA HASTA AHORA SOBRE LOS DESAPARECIDOS Y EL “CURRO” EN DERECHOS HUMANOS.


Lee una síntesis del libro en http://mentirastusmuertos.com.ar/sinopsis/
¿Qué dijeron sobre el libro? http://www.lanacion.com.ar/1809695-reparar-no-es-tergiversar
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Había una vez tres Jóvenes Idelistas por José D´Angelo Rodriguez

Es bueno contar las historias de los jóvenes idealistas. Esta es una. 

En la primavera de 1975, Luis León Domenech, empleado ejecutivo de la petrolera argentina Isaura, estaba secuestrado por el grupo terrorista ERP, en una “cárcel del pueblo” que funcionaba en una de las “viviendas operativas” de la banda, en Florencio Varela, en el conurbano bonaerense. Lo tenían cautivo desde hacía 30 días y negociaban el pago de un rescate millonario por su libertad. Lo custodiaban tres guerrilleros: María Cristina Asconape de Martínez, de 24 años; Julio Tristán Montoto, de 22 y Hugo Gustavo Mogensen, también con 22 años. Todos terminarían muertos en esa primavera. En nuestro país gobernaba el peronismo.

La historia fue así; tal cual lo cuentan los propios terroristas del ERP. El lunes 29 de septiembre de 1975, en la edición Nro. 61 de su revista “Estrella Roja”, de frecuencia semanal, que para esa época tenía una tirada de 20.000 ejemplares y cuya tapa estaba ilustrada por una fotografía del “Che” Guevara y el título: “Che Guevara, Comandante de los pueblos americanos”; se brindaba un pormenorizado relato de lo que había acontecido con el cautivo Domenech y sus carceleros. 

“El día 12 de septiembre fuerzas policiales llegaron hasta una vivienda operativa de nuestra organización ubicada en Florencio Varela. Allí se encontraban nuestros compañeros María Cristina de Martínez, Hugo Morgensen y Hugo Montoto (su nombre real era Julio Tristán), custodiando al ejecutivo Domenech, quien se encontraba en la cárcel del pueblo. Pese a la enorme superioridad numérica del enemigo (…) nuestros compañeros, luego de ajusticiar al ejecutivo de Isaura, sostuvieron un desigual combate con las fuerzas enemigas, combate que se prolongó durante más de 6 horas (…) y solo la muerte pudo quebrar su resistencia. (…) Gloria a los compañeros Montoto, Martínez y Mogensen, (…) héroes de la guerra revolucionaria. Héroes de la guerra popular.” 
Resumiendo: unos jóvenes idealistas que combatían a un gobierno constitucional formando parte de una banda armada puesta fuera de la ley – 2 años antes – por el propio gobierno constitucional, tiene secuestrada a una persona en una “cárcel del pueblo”; cuando llegan las fuerzas legales, asesinan indefenso, inerme, al cautivo; se enfrentan con las fuerzas gubernamentales causando heridos y, en esa circunstancia, mueren. 

Hoy, si uno recorre el Parque de la Memoria, frente al Aeroparque, dónde el gobierno del PRO de la Ciudad Autónoma recuerda y homenajea a las “víctimas de la represión ilegal del Estado y a los que murieron combatiendo por ideales de justicia y equidad” se va a encontrar con las placas que recuerdan como tales a María Cristina Asconape, Hugo Gustavo Mogensen y a Julio Tristán Montoto.
En el “Registro de víctimas de la represión ilegal del Estado” que, desde la Secretaría de Derechos Humanos, administra el PRO con Claudio Avruj como titular, se incluye a los tres jóvenes idealistas como ASESINADOS (“Ejecución en allanamiento en una vivienda particular” y alguien cobró U$S/$ 162.801 por Maria Cristina, en Marzo de 2001 en Expte. 377.821/95; U$S/$ 162.293, por Montoto, también en Marzo de 2001 en Expte. 387.937/95 y $210.066, por Mogensen, en Agosto de 2009, en Expte. 158.657/07
Desde 1994 hasta 2015 se pagaron más de 2.000 millones de dólares en indemnizaciones por “desaparecidos y muertos por el Estado” (7.907 casos) y por haber estado detenidos (11.734 casos) y todavía los argentinos no sabemos a quién se le pagó y que funcionarios y estudios de abogados intervinieron en estos trámites de los que no se conoce nada. 

En este asunto, en el “curro en Derechos Humanos”, ¿cambió algo con Cambiemos?
LA MÁS SERIA INVESTIGACIÓN ESCRITA HASTA AHORA SOBRE LOS DESAPARECIDOS Y EL “CURRO” EN DERECHOS HUMANOS.

Lee una síntesis del libro en http://mentirastusmuertos.com.ar/sinopsis/
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Había una vez Una Joven Idealista por José D´Angelo Rodriguez

Es bueno contar las historias de los jóvenes idealistas. Esta es una de ellas y transcurre en 1975, cuando el país estaba gobernado por el peronismo. Es la historia de Nora Lía Marquardt, una joven idealista de 27 años nacida en Mar del Plata, integrante del ERP (“Ejército Revolucionario del Pueblo”), una organización terrorista clandestina que, desde septiembre de 1973, estaba prohibida, ilegalizada, puesta fuera de la ley y perseguida penalmente por el gobierno constitucional peronista.
El ERP quería alcanzar el poder en la Argentina a través de la lucha armada, al modo de Fidel Castro en Cuba; para eso se había organizado en “ejército” y desarrollaba acciones armadas, violentas, en todo el país que, luego y para ejemplo de sus “combatientes”, publicaba en la revista Estrella Roja que, para esa época, tenía una tirada de 20.000 ejemplares.

Precisamente allí, en el número 67 de “Estrella Roja” podemos conocer la historia de esta joven idealista, cuyo “nombre de guerra” y “grado militar” en la organización guerrillera era el de “Sargento Clara”.
Dice así: “NOVIEMBRE. 25. Córdoba. El Comando “Héroes de San Martín” del ERP, intentó expropiar el dinero que transportaba un camión de caudales. En la acción murió combatiendo heroicamente la compañera Nora Lía Marquardt (Sargento Clara).” (“Estrella Roja”, N° 67, lunes 29 de diciembre de 1975, p. 17)
Resumiendo: una joven idealista, formando parte de una banda terrorista ilegalizada por un gobierno constitucional y combatiendo, precisamente, a ese gobierno constitucional, asalta un camión de caudales, se tirotea con las fuerzas legales de la Policía y muere.
Hoy, en 2017, Nora, nuestra joven idealista, es homenajeada por el gobierno del PRO de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con una placa con su nombre en el “Parque de la Memoria”, frente al Aeroparque metropolitano. En ese monumento recordatorio estatal, según se lee en la entrada, se recuerda a las “víctimas de la represión ilegal del Estado y a los que murieron combatiendo por ideales de justicia y equidad”. Con Nora, el Estado homenajea a los que asaltaron al Estado.
Por otra parte, en el “Registro de víctimas de la represión ilegal del Estado” que, desde la Secretaría de Derechos Humanos, administra el PRO con Claudio Avruj como titular, se incluye a Nora Lía Marquardt como ASESINADA (“Ejecución – Supuesto enfrentamiento”) y alguien cobró, en el mes de diciembre de 2000, por Nora Lía, la joven idealista, U$S / $ 171.044 en Expte. 385.239/95 del Ministerio de Justicia de la Nación.
Desde 1994 hasta 2015 se pagaron más de 2.000 millones de dólares en indemnizaciones por “desaparecidos y muertos por el Estado” (7.907 casos) y por haber estado detenidos (11.734 casos) y todavía los argentinos no sabemos a quién se le pagó y que funcionarios y estudios de abogados intervinieron en estos trámites.
En este asunto, en el “curro en Derechos Humanos”, ¿cambió algo con Cambiemos?
CONOCE LA MÁS SERIA INVESTIGACIÓN ESCRITA HASTA AHORA SOBRE LOS DESAPARECIDOS Y EL “CURRO” EN DERECHOS HUMANOS.
Lee una síntesis del libro en
http://mentirastusmuertos.com.ar/sinopsis/
¿Cómo hago para recibirlo en mi domicilio, un 40% más barato que en Librerías? Escribí a eltatuediciones@gmail.com