Aproximadamente 200 personas estuvimos rindiendo homenaje a nuestras víctimas y exigiendo justicia, para que los terroristas de los 70 sean procesados por haber cometido crímenes de lesa humanidad.
Nada mejor que la pluma de Horacio Zaratiegui para expresar lo sucedido este último martes:
"UNA única foto, tomada esta tarde durante la nueva pintada de homenaje a las Víctimas del terrorismo en Plaza de Mayo (desde hace tres semanas, de TODOS los argentinos, y no solamente de las madres del odio).
UNA única foto, que resume el porqué estuvimos allí, y porqué seguiremos estando aunque el terrorismo siga intentando trucos sucios como el de hoy (carpa de SUTEBA, "Memoria e Identidad", sobre la Pirámide de Mayo, intentando evitar nuestro homenaje).
UNA única foto, que traduce gráficamente nuestro objetivo: recordar a las Víctimas, y exigir Justicia (con mayúsculas) para ellas y quienes vencieron a sus asesinos en el campo de batalla.
UNA única foto en la que desde un fondo siniestro, el enemigo observa como el pedido de Justicia se va acrecentando, ya sin posibilidad de detenerse.
UNA única foto, tomada porque AFyAPPA y el grupo de valerosas mujeres que la dirige, tuvo el coraje y los atributos necesarios para convocarnos a traducir en hechos, lo mucho que hablamos. Saludos, Horacio"
Palabras pronunciadas por María Cecilia Pando en el Acto
A pesar de las madres y dolidos por su actitud, estamos de nuevo en la plaza. Y lo seguiremos estando tantas veces como sea necesario. A nosotros nadie nos hecha de este lugar... Y a Hebe de Bonafini le decimos con firmeza que la plaza es de todos los argentinos. Ni de los cobardes, ni de los valientes, ni de los rubios, ni de los morochos, ni de los ricos, ni de los pobres, ni de las madres, ni de los hijos, la plaza es de todos, absolutamente de todos los argentinos.
Pero tanta prepotencia nos lleva a preguntarnos el porque de la misma. ¿Por qué les molesta tanto que en el suelo de la plaza estén representadas las víctimas del terrorismo? ¿Por que les molesta tanto nuestra presencia?.
¿Saben porque? Porque nuestras víctimas ponen de manifiesto ante la opinión pública la existencia de victimarios... Y cuando la sociedad se pregunte quienes mataron a nuestros familiares y amigos, comprenderá entonces la verdad completa de nuestro pasado.
Tienen miedo de que el pueblo argentino conozca toda la verdad... Porque entonces se hará evidente que muchos de sus hijos no fueron jóvenes idealistas que soñaban un mundo mejor, sino arteros delincuentes que apelaron al terror para imponernos a sangre y fuego su modelo de país.
Para comprender esta actitud hay que decir bien alto que por ejemplo, los nombres de quienes secuestraron, torturaron y asesinaron al coronel Argentino del Valle Larrabure tienen su placa recordatoria en el parque de la memoria, recientemente inaugurado en la costanera porteña, mientras que las victimas del terrorismo siguen siendo olvidadas y discriminadas por el poder político.
Nos acercamos al 24 de marzo y frente a tantas acusaciones infundadas, creo importante decir públicamente, que en nuestra asociación nadie reivindica la dictadura cívico- militar establecida en el país el 24 de marzo de 1976.
Creemos en la democracia, en la república, en la constitución nacional y en las instituciones que hacen a una vida civilizada.
Y como tal repudiamos a todos los totalitarismos. No tenemos memoria selectiva. Repudiamos las dictaduras de derecha y también las dictaduras de izquierda.
No somos procesistas, pero porque amamos la libertad, tampoco somos castristas, guevaristas, chavistas, ni mucho menos kirchneristas. Queremos que nadie viole la constitucional nacional. Que no lo hagan los militares, y mucho menos los políticos de turno.
Nosotros no festejamos el 24 de marzo. Aunque a decir verdad, los que lo aplaudieron en su momento, son los mismos que hoy se rasgan las vestiduras.
Porque los terroristas y la clase política de los 70 fueron co - responsables de la interrupción al orden constitucional del 24 marzo.
Porque el terrorismo necesitaba legitimar su lucha. Ellos estaban matando, secuestrando y torturando durante el gobierno constitucional del general Juan Domingo Perón. Y a los Firmenich, a los Bonasso, a los Duhalde, a los Matarolo, a los Kunkel, a los Verbistsky esto no les resultaba conveniente. Necesitaban que las fuerzas armadas tomaran el poder y no descansaron hasta lograrlo. Querían legitimar su demencia. Y la existencia de un gobierno elegido por el pueblo ponía en evidencia la mentira de su lucha.
Y la clase política de entonces tampoco puede levantar el dedo acusador. Porque después de haber puesto en libertad a los terroristas el 25 de mayo del 73, no sabían como contener la violencia desatada. Como si se tratara de una papa caliente, necesitaban que alguien se hiciera cargo, y descansaron aliviados cuando el 24 de marzo las fuerzas armadas asumieron el poder.
A las madres y al gobierno les decimos que nosotros no le tenemos miedo a la verdadera historia. Para justificar nuestro pensamiento no necesitamos borrar una parte del pasado.
No necesitamos tachar el pañuelo de las madres. No nos preocupa su presencia. Los desaparecidos son parte de la historia que vivimos los argentinos. Pero para comprenderla en su justa dimensión, es necesario que también estén representadas las victimas.
Y a diferencia de las madres, nuestras victimas no le temen a la verdad completa. Porque ellas, como corresponde a las auténticas victimas, no tienen sus manos manchadas de sangre. Al buen entendedor pocas palabras.
Muchas gracias.
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