La Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal decidió revocar el sobreseimiento que interrumpía la investigación que se llevaba a cabo sobre mis dichos por supuesta “apología del delito”, causa que fuera iniciada por el director de Derechos Humanos de la Legislatura porteña, Carlos Pisoni.
La denuncia de Pisoni, que ahora deberá seguir investigando el juez de instrucción, se fundamentaría en que yo habría pronunciado “discursos en donde se defiende y enaltece el terrorismo de estado desplegado por la última dictadura militar” y remite a la página que nuestra Asociación (AFYAPPA) tiene en Internet.
Agradecemos a la Cámara Nacional la difusión que, con su resolución y a través de los medios, ha dado a nuestro humilde blog (www.afyappa.blogspot.com) en donde los argentinos podrán conocer nuestra clara y constante prédica por el respeto a la Constitución y a las leyes y la inexistencia de apología de delito alguno.
Lo que en verdad ocurre es que los partidarios del discurso único en la Argentina no soportan las voces distintas y persiguen a quienes se atreven a contradecir su versión infantil, parcial y mentirosa sobre la trágica Década del ’70.
Nosotros, por el contrario, afirmamos que hay todavía mucha hipocresía en la clase dirigente que sin grandeza prefiere ignorar los ejemplos del Uruguay, Brasil, España y Mandela en Sudáfrica, por citar algunos, que han clausurado con inteligencia un pasado trágico que les impedía proyectarse al futuro.
Nuestra posición no es eludir el pasado y su tragedia, sino superarlo y, si no se atiende el llamado a la concordia nacional, estamos dispuestos a dar el mas profundo debate sobre la violencia política en la Argentina en los ’70.
Por de pronto habría que recordarle a esa clase dirigente, incluidos los jueces, que ya en 1989 los propios jefes “montoneros”, en un Acta que se hizo pública, sostenían que la Argentina había padecido una “guerra civil intermitente”, que “ningún sector estaba libre de culpa y errores por los violentos enfrentamientos” y que era necesario construir “la pacificación y la reconciliación de los argentinos”.
Sostenemos también que hay muchas personas que pueden enriquecer ese debate serio que la Argentina merece sobre esos años, entre ellos el Ministro de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni que como Juez juró desempeñar su cargo enmarcado en lo normado por los Estatutos del Proceso de Reorganización Militar o “la dictadura”, como se lo quiera llamar a ese gobierno.
Otro que podría aportar al debate es el actual embajador argentino en los EEUU, Héctor Timerman que en 1976 dirigía un diario (La Tarde) en donde alertaba, en su edición del 23 de Marzo de 1976, sobre “el creciente desarrollo del terrorismo y la ausencia de medidas legales eficaces para combatirlo” y anunciaba, en la tapa del vespertino que “las Fuerzas Armadas se disponen a ocupar el vacío de poder para terminar con el caos en el país”. Una afirmación que, en un país gobernado por el peronismo y por una mujer, puede sonar un tanto “destituyente”.
De cualquier manera, si de apología del delito se trata esta resolución de la Cámara da a los argentinos una esperanza. Creemos que, entonces, será investigada Hebe de Bonafini por sus reiteradas y públicas apologías del delito, al exaltar las acciones de grupos terroristas puestos fuera de la ley por gobiernos constitucionales.
Finalmente, queremos destacar que esta decisión de la cámara nos permite confiar en que la justicia también indagará a los funcionarios responsables de la constante apología del delito, en curso, que representa el “Parque de la Memoria”, (entre los mas conocidos; Néstor Kirchner, Cristina de Kirchner, Jorge Telerman, Mauricio Macri, Eduardo Luis Duhalde, etc.), en donde se homenajea, en nombre del Estado argentino y del pueblo argentino, a terroristas que, por ejemplo, han realizados innumerables atentados durante el desarrollo de gobiernos democráticos (Ataque a cuarteles en Formosa (5/10/75), en Monte Chingolo (23/12/75), etc).
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