Relacionado a la vergonzosa actuación que tuvieron la gran mayoría de los Generales (es preciso diferenciar claramente a aquellos pocos que se manifestaron con la dignidad propia de un Soldado, estamos hablando de los Grl PRITZ, TERRADO, APARICIO, GOMES Y ANSHUTZ) en el tratamiento de los Ascensos de los Oficiales bautizados “Portadores de Apellidos, generales temerosos y funcionales ciento por ciento a los intereses del Ministerio de Defensa en su ansia de venganza y sojuzgamiento de las Fuerzas Armadas, es digno de analizar la descarga que intentan realizar algunos de estos personajes para justificar la inmoralidad cometida.
Alegan que a ese personal (Portadores de Apellido) no quedaba más remedio que considerarlos “Bajas de Combate” que es lo mismo que decir que “nada más se podía hacer por ellos”, “olvidémonos de ellos” o lo que es peor que “los abandonamos pero para preservar ciertos intereses de la Fuerza”. ¿Cuáles serán estos intereses? ¿Cuál será el bien que le hacen a la Institución con actos de injusticia tan manifiesta? Cuál será la promesa que les efectuará el Ministerio de Defensa para que la Conducción de la Fuerza traicione a sus hombres?.
La respuesta, lamentablemente no lo encontraremos en promesas de mejora de la Situación de la Institución, porque cada vez el presupuesto se achica más, los cursos, ejercicios y comisiones se reducen, el equipamiento se deteriora y no se avizora recambio, los stock de munición se agotan, los inmuebles se enajenan para alimentar valla a saber que arcas, la educación en los Institutos se sovietiza, los valores Institucionales de siempre se intentan modificar por la política de la delación y de las denuncias anónimas, etc, etc etc.
Esto nos deja la sola posibilidad que las promesas recibidas por entregar a sus soldados no se dirijan en posibles beneficios para la Fuerza sino en la espuria dirección del bienestar personal de los Generales ¡ Mantener sus puestos y privilegios por una año más¡ ¡Gozar de las prebendas de sus quintas, sus autos y camareros¡ ¡ Continuar con su sueldo de militar en actividad (cobrando en negro el 75 % del mismo) y no pasar por la situación humillante en materia de haberes que viven sus camaradas retirados!, ¡ Y vaya a saber que otras promesas¡.
¡¡ Bajas de combate abandonadas, soldados librados a su suerte, sin la responsabilidad latente del Superior de velar por ellos.!!. Es oportuno en estos momentos, contrastar estas actitududes con un solo Ejemplo, para percibir la crisis moral que envuelve a estos personajes.
El Ejemplo reza de la Guerra de Malvinas, y para comprenderlo solo hace falta leer la Condecoración que recibe por parte del Congreso de la Nación un joven Oficial de la fuerza por una acción desarrollada en esa contienda: "Al Teniente José Gómez Centurión: La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate Ejecutar el 28 de mayo durante los combates en Darwin, un contraataque al frente de su sección enfrentando intensa oposición enemiga. Cuando se le intimó rendición, continuó combatiendo, ocasionando importantes bajas a los ingleses. Al replegarse, evacuó a un soldado seriamente herido con riesgo para su propia vida. En la noche, junto a dos voluntarios, se infiltró en las filas enemigas para rescatar a un suboficial herido, lo que se materializa felizmente".
El entonces Subteniente Gómez Centurión evidentemente no pensó en su Subalterno como una “Baja de Combate” o “En la conveniencia de dejarlo abandonado en función de intereses para la organización”. Cumplió con su deber de Superior velando por su subalterno, poniendo en real peligro su propia vida (y perder la vida no se semeja a la posibilidad de tener que dejar una quinta, el auto provisto y alguna otra prebenda).
Evidentemente este Oficial al igual que muchos otros se educó en valores (que distan mucho de las actitudes asumidas por los actuales Generales de la Fuerza), Valor, Camaradería, Sentido del Deber, Lealtad mutua ente superior y Subalterno, Sentido de Justicia, Obligación de velar por la vida de sus hombres, Ejemplo Personal, Hombría de Bien, y tantos valores más, avasallados impunemente por estos hombres.
Pero no todo está perdido, todavía se puede revertir este contraste, está en que cada uno de los hombres de la Fuerza elija el lado en el cual quiera estar, que cada uno con firmeza se pronuncie y decida, tal cual cuenta la historia hicieron los Espartanos de Leonidas en las Termópilas:
“…Por eso, cuando distinguimos a Jerjes en la colina vestido de seda engarzada con piedras preciosas, le despreciamos. Sin embargo, aquella misma tarde nos ofreció un carro cargado de oro a cambio de dejar el Paso libre, y nosotros sentimos de nuevo el gusano de la codicia en nuestro interior, y creo que nadie se vio libre de desear esas riquezas, y abandonar el desfiladero y vivir, pero Leónidas se puso frente a nosotros y nos habló: “Quizás alguno todavía desea vivir en Corinto”, dijo, “el que quiera puede coger su parte y abandonarme. Al que lo haga le recomiendo que cargue mucho oro para olvidar el rostro de los amigos que deja atrás, y le hará falta aún más para olvidar la sangre de los que morirán por su traición más allá del desfiladero”. Eso dijo, y luego guardó silencio, y nadie se movió, y ni uno sólo de nosotros arrojó las armas, y por un momento, sólo por un momento, nos regocijamos de estar allí junto a nuestro rey”.
La intención de difundir estos hechos no persigue injuriar, ni humillar ni perjudicar a nadie, porque esto realmente sucedió, teniendo cada uno que hacerse cargo de sus actos, sabiendo aquellos que actúan por fuera de los valores inmutables de la Institución que sus acciones no pasarán de aquí en más en forma desapercibida, arrastrando consigo la vergüenza de sus procederes, ante sus pares, sus subalternos y su Patria.
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