jueves, 25 de noviembre de 2010
Decimos No al Terrorismo Jurídico
De acuerdo a lo previsto, el día 23 de noviembre a las 11:00 hs. AFyAPPA desarrolló un acto frente al Palacio de Justicia en el cual se le solicitó a los jueces que tengan dignidad y que no permitan que la aplicación de justicia siga siendo una herramienta al servicio del Terrorismo Jurídico.
Como parte del evento se plantaron cruces que recuerdan a los muertos en cautiverio y se presentó una muestra de diarios de la época que permitió a los que pasaban por el lugar un mayor nivel de comprensión de la magnitud de la tragedia que vivió nuestra patria en la década del 70. El éxito de esta actividad, con mucha gente pidiendo que no sacáramos la cartelería para que se conozca la verdad completa de nuestro pasado reciente, puso de manifiesto el deseo del pueblo argentino de conocer los hechos históricos con objetividad, rechazando de plano el relato de los 70 que se promociona desde algunas oficinas gubernamentales y para gubernamentales (ABuelas, Madres, Hijos,Etc).
Para ver un video con imagenes del evento hacer Click en el siguiente Link:
http://www.youtube.com/watch?v=VXhhfJA06aA&feature=player_embedded
A continuación se presentan las palabras pronunciadas por María Cecilia Pando en el acto:
"Queridos Amigos:
Como venimos haciéndolo en los últimos años, estamos nuevamente frente al Palacio de Justicia para reclamar por nuestros familiares y amigos. En esta oportunidad, hemos plantado cruces para representar los más de 120 muertos en cautiverio, víctimas de lo que no dudamos en calificar como terrorismo jurídico.
Ellos no murieron en paz. Perdieron la vida sufriendo la venganza malsana de quienes aún siguen soñando con un paraíso socialista, construido sobre la sangre y el terror. Murieron víctimas de una injusticia que en nombre de la justicia pisotea los fundamentos de la legalidad. Murieron porque Jueces y Magistrados se dejaron instrumentar por un poder político sin convicciones, que reemplazó la legalidad de la república, por tribunales populares conducidos por mercaderes de los derechos humanos. Murieron, en definitiva, porque muchos magistrados no tuvieron la dignidad suficiente como para sobrellevar las presiones a las que fueron sometidos.
Hablamos de terrorismo jurídico, porque la justicia se ha constituido en un instrumento al servicio de quienes en los 70 apelaron al terror para imponer por la fuerza su modelo de país. El Poder Judicial de la Nación se ha convertido en una herramienta eficiente al servicio de la venganza de las organizaciones terroristas del ayer. La legalidad ha quedado sepultada y lo políticamente correcto se impone sobre los criterios jurídicos.
Para eso estamos acá. No venimos a pedir clemencia, ni impunidad. Venimos a exigir, a implorar a los jueces que no tengan miedo de cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional. Queremos volver a confiar en la justicia. Pero eso requiere de magistrados con valores, con honestidad, con independencia, con coraje cívico.
Que nadie se equivoque. No estamos en este lugar para reivindicar a nada ni a nadie. En la guerra fratricida que vivimos en los 70 se cometieron toda clase de atropellos a la dignidad de la persona humana, que sólo merecen nuestra condena, para que nunca más se repitan en nuestro suelo.
Pero nuestra mirada del pasado no resulta parcial ni opacada por una memoria hemipléjica. Nuestro NUNCA MÁS incluye tanto a los crímenes cometidos por las fuerzas del estado, como también aquellos cometidos por las organizaciones terroristas que tiñeron de sangre la vida política de los 70. Sólo la verdad histórica permitirá a los argentinos elaborar una síntesis que nos posibilite comprender la magnitud y extensión de nuestros errores y responsabilidades en el pasado reciente.
Pero las heridas sufridas por un sector de la sociedad no pueden curarse abriendo nuevas heridas en otra parte de la misma sociedad. La violación de los derechos humanos no encuentra reparación si en su defensa se pisotean los mismos derechos humanos que se dice defender. Y esta es la clave que permite determinar la legitimidad o estafa de una organización que se dice defensora de los derechos humanos.
¿Se puede pedir legítimamente por el juicio y castigo a militares de los 70, mientras se levanta un monumento a quienes asaltaban cuarteles y mataban por la patria socialista? ¿Se puede festejar el fin de la impunidad mientras se apoya la no extradición de un terrorista como Apablaza para ser juzgado en su país? Los argentinos necesitamos quitarnos la hipocresía y asumir íntegramente la realidad de nuestro pasado. Debemos aprender a mirar los hechos sin anteojeras ideológicas. Y entonces sí seremos capaces de encontrar un camino de concordia que nos permita superar la lógica de amigo – enemigo.
Mientras tanto, les toca a los magistrados recobrar la independencia y el coraje para poder cumplir con su cometido. Las injusticias que hoy sufren quienes participaron en la guerra como parte del estado, constituyen llagas abiertas que pueden anidar la semilla del odio en un futuro cercano.
Por eso estamos nuevamente frente al Palacio de Justicia. Venimos a implorar a los jueces que tengan dignidad y que no permitan la prostitución de la señora justicia, la que se ve mancillada:
Cuando a las fuerzas del estado que combatieron al terrorismo se les imputan delitos inexistentes en el momento de los hechos.
Cuando hay militares, policías, y agentes del estado que superan los 9 años de prisión preventiva, en contra de todas las garantías constitucionales y de los tratados internacionales signados por nuestro país.
Cuando los tiempos de prisión preventiva de los cuadros inferiores, superan las condenas de los miembros de las juntas.
Cuando se juzga solamente a los agentes del estado y se mantiene un paraguas protector sobre los terroristas. Mientras los primeros padecen persecución, los Bonasso, los Verbitsky, los Kunkel, los Vaca Narvaja, los Perdía, los Taiana, los Duhalde, los Urien, los Bettini, los Sanz, los Dante Gullo, los Gasparini y tantos otros, disfrutan plácidamente de las prebendas del poder.
Como parte del evento se plantaron cruces que recuerdan a los muertos en cautiverio y se presentó una muestra de diarios de la época que permitió a los que pasaban por el lugar un mayor nivel de comprensión de la magnitud de la tragedia que vivió nuestra patria en la década del 70. El éxito de esta actividad, con mucha gente pidiendo que no sacáramos la cartelería para que se conozca la verdad completa de nuestro pasado reciente, puso de manifiesto el deseo del pueblo argentino de conocer los hechos históricos con objetividad, rechazando de plano el relato de los 70 que se promociona desde algunas oficinas gubernamentales y para gubernamentales (ABuelas, Madres, Hijos,Etc).
Para ver un video con imagenes del evento hacer Click en el siguiente Link:
http://www.youtube.com/watch?v=VXhhfJA06aA&feature=player_embedded
A continuación se presentan las palabras pronunciadas por María Cecilia Pando en el acto:
"Queridos Amigos:
Como venimos haciéndolo en los últimos años, estamos nuevamente frente al Palacio de Justicia para reclamar por nuestros familiares y amigos. En esta oportunidad, hemos plantado cruces para representar los más de 120 muertos en cautiverio, víctimas de lo que no dudamos en calificar como terrorismo jurídico.
Ellos no murieron en paz. Perdieron la vida sufriendo la venganza malsana de quienes aún siguen soñando con un paraíso socialista, construido sobre la sangre y el terror. Murieron víctimas de una injusticia que en nombre de la justicia pisotea los fundamentos de la legalidad. Murieron porque Jueces y Magistrados se dejaron instrumentar por un poder político sin convicciones, que reemplazó la legalidad de la república, por tribunales populares conducidos por mercaderes de los derechos humanos. Murieron, en definitiva, porque muchos magistrados no tuvieron la dignidad suficiente como para sobrellevar las presiones a las que fueron sometidos.
Hablamos de terrorismo jurídico, porque la justicia se ha constituido en un instrumento al servicio de quienes en los 70 apelaron al terror para imponer por la fuerza su modelo de país. El Poder Judicial de la Nación se ha convertido en una herramienta eficiente al servicio de la venganza de las organizaciones terroristas del ayer. La legalidad ha quedado sepultada y lo políticamente correcto se impone sobre los criterios jurídicos.
Para eso estamos acá. No venimos a pedir clemencia, ni impunidad. Venimos a exigir, a implorar a los jueces que no tengan miedo de cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional. Queremos volver a confiar en la justicia. Pero eso requiere de magistrados con valores, con honestidad, con independencia, con coraje cívico.
Que nadie se equivoque. No estamos en este lugar para reivindicar a nada ni a nadie. En la guerra fratricida que vivimos en los 70 se cometieron toda clase de atropellos a la dignidad de la persona humana, que sólo merecen nuestra condena, para que nunca más se repitan en nuestro suelo.
Pero nuestra mirada del pasado no resulta parcial ni opacada por una memoria hemipléjica. Nuestro NUNCA MÁS incluye tanto a los crímenes cometidos por las fuerzas del estado, como también aquellos cometidos por las organizaciones terroristas que tiñeron de sangre la vida política de los 70. Sólo la verdad histórica permitirá a los argentinos elaborar una síntesis que nos posibilite comprender la magnitud y extensión de nuestros errores y responsabilidades en el pasado reciente.
Pero las heridas sufridas por un sector de la sociedad no pueden curarse abriendo nuevas heridas en otra parte de la misma sociedad. La violación de los derechos humanos no encuentra reparación si en su defensa se pisotean los mismos derechos humanos que se dice defender. Y esta es la clave que permite determinar la legitimidad o estafa de una organización que se dice defensora de los derechos humanos.
¿Se puede pedir legítimamente por el juicio y castigo a militares de los 70, mientras se levanta un monumento a quienes asaltaban cuarteles y mataban por la patria socialista? ¿Se puede festejar el fin de la impunidad mientras se apoya la no extradición de un terrorista como Apablaza para ser juzgado en su país? Los argentinos necesitamos quitarnos la hipocresía y asumir íntegramente la realidad de nuestro pasado. Debemos aprender a mirar los hechos sin anteojeras ideológicas. Y entonces sí seremos capaces de encontrar un camino de concordia que nos permita superar la lógica de amigo – enemigo.
Mientras tanto, les toca a los magistrados recobrar la independencia y el coraje para poder cumplir con su cometido. Las injusticias que hoy sufren quienes participaron en la guerra como parte del estado, constituyen llagas abiertas que pueden anidar la semilla del odio en un futuro cercano.
Por eso estamos nuevamente frente al Palacio de Justicia. Venimos a implorar a los jueces que tengan dignidad y que no permitan la prostitución de la señora justicia, la que se ve mancillada:
Cuando a las fuerzas del estado que combatieron al terrorismo se les imputan delitos inexistentes en el momento de los hechos.
Cuando hay militares, policías, y agentes del estado que superan los 9 años de prisión preventiva, en contra de todas las garantías constitucionales y de los tratados internacionales signados por nuestro país.
Cuando los tiempos de prisión preventiva de los cuadros inferiores, superan las condenas de los miembros de las juntas.
Cuando se juzga solamente a los agentes del estado y se mantiene un paraguas protector sobre los terroristas. Mientras los primeros padecen persecución, los Bonasso, los Verbitsky, los Kunkel, los Vaca Narvaja, los Perdía, los Taiana, los Duhalde, los Urien, los Bettini, los Sanz, los Dante Gullo, los Gasparini y tantos otros, disfrutan plácidamente de las prebendas del poder.
Cuando, en definitiva, se deja de lado la letra y el espíritu de nuestras leyes para satisfacer los intereses perversos de grupos o entidades que han hecho de los derechos humanos un lucrativo negocio con suculentos dividendos en oro y poder.
“Con esa llaga en el alma generada por tantas preguntas sin respuesta, le pido que me ayude a volver a confiar en la justicia. Sé que ud enfrenta una decisión dificilísima, tan heroica como imprescindible para saldar con equidad y justicia el pasado. Debe optar entre la memoria o la historia, el coraje o la cobardía, la conveniencia o los valores, la justicia o la política; la jurisprudencia internacional o los sofismas ideados para amnistiar a los guerrilleros. Sé que estará sujeto a presiones; pero sé también que ud es un hombre justo que no desea que la tragedia vuelva a ocurrir; que no rehuye la responsabilidad histórica y moral que el destino ha puesto sobre sus espaldas”.
Nosotros, al igual que Larrabure, también queremos volver a confiar en la justicia. Queremos soñar con una verdadera república para nuestros hijos y esperamos, con toda la fuerza de nuestro corazón, que los magistrados tengan la dignidad suficiente para no permitir la prostitución de la ley.
Muchas gracias".
martes, 9 de noviembre de 2010
Los llaman bajas de combate - Cronología de una traición
Relacionado a la vergonzosa actuación que tuvieron la gran mayoría de los Generales (es preciso diferenciar claramente a aquellos pocos que se manifestaron con la dignidad propia de un Soldado, estamos hablando de los Grl PRITZ, TERRADO, APARICIO, GOMES Y ANSHUTZ) en el tratamiento de los Ascensos de los Oficiales bautizados “Portadores de Apellidos, generales temerosos y funcionales ciento por ciento a los intereses del Ministerio de Defensa en su ansia de venganza y sojuzgamiento de las Fuerzas Armadas, es digno de analizar la descarga que intentan realizar algunos de estos personajes para justificar la inmoralidad cometida.
Alegan que a ese personal (Portadores de Apellido) no quedaba más remedio que considerarlos “Bajas de Combate” que es lo mismo que decir que “nada más se podía hacer por ellos”, “olvidémonos de ellos” o lo que es peor que “los abandonamos pero para preservar ciertos intereses de la Fuerza”. ¿Cuáles serán estos intereses? ¿Cuál será el bien que le hacen a la Institución con actos de injusticia tan manifiesta? Cuál será la promesa que les efectuará el Ministerio de Defensa para que la Conducción de la Fuerza traicione a sus hombres?.
La respuesta, lamentablemente no lo encontraremos en promesas de mejora de la Situación de la Institución, porque cada vez el presupuesto se achica más, los cursos, ejercicios y comisiones se reducen, el equipamiento se deteriora y no se avizora recambio, los stock de munición se agotan, los inmuebles se enajenan para alimentar valla a saber que arcas, la educación en los Institutos se sovietiza, los valores Institucionales de siempre se intentan modificar por la política de la delación y de las denuncias anónimas, etc, etc etc.
Esto nos deja la sola posibilidad que las promesas recibidas por entregar a sus soldados no se dirijan en posibles beneficios para la Fuerza sino en la espuria dirección del bienestar personal de los Generales ¡ Mantener sus puestos y privilegios por una año más¡ ¡Gozar de las prebendas de sus quintas, sus autos y camareros¡ ¡ Continuar con su sueldo de militar en actividad (cobrando en negro el 75 % del mismo) y no pasar por la situación humillante en materia de haberes que viven sus camaradas retirados!, ¡ Y vaya a saber que otras promesas¡.
¡¡ Bajas de combate abandonadas, soldados librados a su suerte, sin la responsabilidad latente del Superior de velar por ellos.!!. Es oportuno en estos momentos, contrastar estas actitududes con un solo Ejemplo, para percibir la crisis moral que envuelve a estos personajes.
El Ejemplo reza de la Guerra de Malvinas, y para comprenderlo solo hace falta leer la Condecoración que recibe por parte del Congreso de la Nación un joven Oficial de la fuerza por una acción desarrollada en esa contienda: "Al Teniente José Gómez Centurión: La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate Ejecutar el 28 de mayo durante los combates en Darwin, un contraataque al frente de su sección enfrentando intensa oposición enemiga. Cuando se le intimó rendición, continuó combatiendo, ocasionando importantes bajas a los ingleses. Al replegarse, evacuó a un soldado seriamente herido con riesgo para su propia vida. En la noche, junto a dos voluntarios, se infiltró en las filas enemigas para rescatar a un suboficial herido, lo que se materializa felizmente".
El entonces Subteniente Gómez Centurión evidentemente no pensó en su Subalterno como una “Baja de Combate” o “En la conveniencia de dejarlo abandonado en función de intereses para la organización”. Cumplió con su deber de Superior velando por su subalterno, poniendo en real peligro su propia vida (y perder la vida no se semeja a la posibilidad de tener que dejar una quinta, el auto provisto y alguna otra prebenda).
Evidentemente este Oficial al igual que muchos otros se educó en valores (que distan mucho de las actitudes asumidas por los actuales Generales de la Fuerza), Valor, Camaradería, Sentido del Deber, Lealtad mutua ente superior y Subalterno, Sentido de Justicia, Obligación de velar por la vida de sus hombres, Ejemplo Personal, Hombría de Bien, y tantos valores más, avasallados impunemente por estos hombres.
Pero no todo está perdido, todavía se puede revertir este contraste, está en que cada uno de los hombres de la Fuerza elija el lado en el cual quiera estar, que cada uno con firmeza se pronuncie y decida, tal cual cuenta la historia hicieron los Espartanos de Leonidas en las Termópilas:
“…Por eso, cuando distinguimos a Jerjes en la colina vestido de seda engarzada con piedras preciosas, le despreciamos. Sin embargo, aquella misma tarde nos ofreció un carro cargado de oro a cambio de dejar el Paso libre, y nosotros sentimos de nuevo el gusano de la codicia en nuestro interior, y creo que nadie se vio libre de desear esas riquezas, y abandonar el desfiladero y vivir, pero Leónidas se puso frente a nosotros y nos habló: “Quizás alguno todavía desea vivir en Corinto”, dijo, “el que quiera puede coger su parte y abandonarme. Al que lo haga le recomiendo que cargue mucho oro para olvidar el rostro de los amigos que deja atrás, y le hará falta aún más para olvidar la sangre de los que morirán por su traición más allá del desfiladero”. Eso dijo, y luego guardó silencio, y nadie se movió, y ni uno sólo de nosotros arrojó las armas, y por un momento, sólo por un momento, nos regocijamos de estar allí junto a nuestro rey”.
La intención de difundir estos hechos no persigue injuriar, ni humillar ni perjudicar a nadie, porque esto realmente sucedió, teniendo cada uno que hacerse cargo de sus actos, sabiendo aquellos que actúan por fuera de los valores inmutables de la Institución que sus acciones no pasarán de aquí en más en forma desapercibida, arrastrando consigo la vergüenza de sus procederes, ante sus pares, sus subalternos y su Patria.
Alegan que a ese personal (Portadores de Apellido) no quedaba más remedio que considerarlos “Bajas de Combate” que es lo mismo que decir que “nada más se podía hacer por ellos”, “olvidémonos de ellos” o lo que es peor que “los abandonamos pero para preservar ciertos intereses de la Fuerza”. ¿Cuáles serán estos intereses? ¿Cuál será el bien que le hacen a la Institución con actos de injusticia tan manifiesta? Cuál será la promesa que les efectuará el Ministerio de Defensa para que la Conducción de la Fuerza traicione a sus hombres?.
La respuesta, lamentablemente no lo encontraremos en promesas de mejora de la Situación de la Institución, porque cada vez el presupuesto se achica más, los cursos, ejercicios y comisiones se reducen, el equipamiento se deteriora y no se avizora recambio, los stock de munición se agotan, los inmuebles se enajenan para alimentar valla a saber que arcas, la educación en los Institutos se sovietiza, los valores Institucionales de siempre se intentan modificar por la política de la delación y de las denuncias anónimas, etc, etc etc.
Esto nos deja la sola posibilidad que las promesas recibidas por entregar a sus soldados no se dirijan en posibles beneficios para la Fuerza sino en la espuria dirección del bienestar personal de los Generales ¡ Mantener sus puestos y privilegios por una año más¡ ¡Gozar de las prebendas de sus quintas, sus autos y camareros¡ ¡ Continuar con su sueldo de militar en actividad (cobrando en negro el 75 % del mismo) y no pasar por la situación humillante en materia de haberes que viven sus camaradas retirados!, ¡ Y vaya a saber que otras promesas¡.
¡¡ Bajas de combate abandonadas, soldados librados a su suerte, sin la responsabilidad latente del Superior de velar por ellos.!!. Es oportuno en estos momentos, contrastar estas actitududes con un solo Ejemplo, para percibir la crisis moral que envuelve a estos personajes.
El Ejemplo reza de la Guerra de Malvinas, y para comprenderlo solo hace falta leer la Condecoración que recibe por parte del Congreso de la Nación un joven Oficial de la fuerza por una acción desarrollada en esa contienda: "Al Teniente José Gómez Centurión: La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate Ejecutar el 28 de mayo durante los combates en Darwin, un contraataque al frente de su sección enfrentando intensa oposición enemiga. Cuando se le intimó rendición, continuó combatiendo, ocasionando importantes bajas a los ingleses. Al replegarse, evacuó a un soldado seriamente herido con riesgo para su propia vida. En la noche, junto a dos voluntarios, se infiltró en las filas enemigas para rescatar a un suboficial herido, lo que se materializa felizmente".
El entonces Subteniente Gómez Centurión evidentemente no pensó en su Subalterno como una “Baja de Combate” o “En la conveniencia de dejarlo abandonado en función de intereses para la organización”. Cumplió con su deber de Superior velando por su subalterno, poniendo en real peligro su propia vida (y perder la vida no se semeja a la posibilidad de tener que dejar una quinta, el auto provisto y alguna otra prebenda).
Evidentemente este Oficial al igual que muchos otros se educó en valores (que distan mucho de las actitudes asumidas por los actuales Generales de la Fuerza), Valor, Camaradería, Sentido del Deber, Lealtad mutua ente superior y Subalterno, Sentido de Justicia, Obligación de velar por la vida de sus hombres, Ejemplo Personal, Hombría de Bien, y tantos valores más, avasallados impunemente por estos hombres.
Pero no todo está perdido, todavía se puede revertir este contraste, está en que cada uno de los hombres de la Fuerza elija el lado en el cual quiera estar, que cada uno con firmeza se pronuncie y decida, tal cual cuenta la historia hicieron los Espartanos de Leonidas en las Termópilas:
“…Por eso, cuando distinguimos a Jerjes en la colina vestido de seda engarzada con piedras preciosas, le despreciamos. Sin embargo, aquella misma tarde nos ofreció un carro cargado de oro a cambio de dejar el Paso libre, y nosotros sentimos de nuevo el gusano de la codicia en nuestro interior, y creo que nadie se vio libre de desear esas riquezas, y abandonar el desfiladero y vivir, pero Leónidas se puso frente a nosotros y nos habló: “Quizás alguno todavía desea vivir en Corinto”, dijo, “el que quiera puede coger su parte y abandonarme. Al que lo haga le recomiendo que cargue mucho oro para olvidar el rostro de los amigos que deja atrás, y le hará falta aún más para olvidar la sangre de los que morirán por su traición más allá del desfiladero”. Eso dijo, y luego guardó silencio, y nadie se movió, y ni uno sólo de nosotros arrojó las armas, y por un momento, sólo por un momento, nos regocijamos de estar allí junto a nuestro rey”.
La intención de difundir estos hechos no persigue injuriar, ni humillar ni perjudicar a nadie, porque esto realmente sucedió, teniendo cada uno que hacerse cargo de sus actos, sabiendo aquellos que actúan por fuera de los valores inmutables de la Institución que sus acciones no pasarán de aquí en más en forma desapercibida, arrastrando consigo la vergüenza de sus procederes, ante sus pares, sus subalternos y su Patria.
viernes, 5 de noviembre de 2010
El Estado soy yo
Carta publicada en diario la Nación el día 05/11/10
Circunstancias particulares de mi vida me llevaron a comprender y valorar la importancia de la prensa en la limitación del poder del estado. Donde las cámaras se encienden o un periodista se hace presente, la omnipotencia del estado se minimiza y el ejercicio de los derechos ciudadanos queda garantizado. Como contrapartida, cuando los medios miran distraídamente hacia otro lado, funcionarios inescrupulosos ven la oportunidad de asumir la frase de Luis XIV “El Estado soy yo”.
El 01/10 el Lic. Alfredo Forti, Secretario de Estado del Ministerio de Defensa, transmitió a dos oficiales del Ejército Argentino la orden terminante de quitar unas pancartas establecidas al frente del Edificio Libertador, cuyo contenido molestaba a la Dra Nilda Garré, aclarando que debía utilizarse la fuerza física si fuera necesario. Los carteles formaban parte de una manifestación pacífica encabezada por esposas e hijos de militares detenidos por haber combatido al terrorismo en los años 70.
Uno de los oficiales le aclara al funcionario de defensa que los militares no tienen poder de policía para dar cumplimiento a lo solicitado, a lo cual aquel responde que igualmente se cumpla con lo impuesto. Mientras tanto, vía telefónica, el General César Santos Milani, asume la orden ilegal del funcionario público, poniendo en marcha el procedimiento represivo.
Un Oficial Jefe, cinco suboficiales y tres soldados voluntarios son empeñados en la ruptura de la manifestación pacífica, que termina con mujeres golpeadas y el robo deliberado de la cartelería usada en la protesta. Mientras los responsables de esta represión ilegal permanecen impunes, este oficial retirado, que participaba del reclamo, fue sancionado con 20 días de arresto en represalia por haber denunciado la violación a las Leyes de Defensa y de Seguridad Interior. Con los medios silenciados ¿Se podrá hacer Justicia?
Pedro Rafael Mercado
DNI: 18046597
pedrorafaelmercado@yahoo.com.ar
Circunstancias particulares de mi vida me llevaron a comprender y valorar la importancia de la prensa en la limitación del poder del estado. Donde las cámaras se encienden o un periodista se hace presente, la omnipotencia del estado se minimiza y el ejercicio de los derechos ciudadanos queda garantizado. Como contrapartida, cuando los medios miran distraídamente hacia otro lado, funcionarios inescrupulosos ven la oportunidad de asumir la frase de Luis XIV “El Estado soy yo”.
El 01/10 el Lic. Alfredo Forti, Secretario de Estado del Ministerio de Defensa, transmitió a dos oficiales del Ejército Argentino la orden terminante de quitar unas pancartas establecidas al frente del Edificio Libertador, cuyo contenido molestaba a la Dra Nilda Garré, aclarando que debía utilizarse la fuerza física si fuera necesario. Los carteles formaban parte de una manifestación pacífica encabezada por esposas e hijos de militares detenidos por haber combatido al terrorismo en los años 70.
Uno de los oficiales le aclara al funcionario de defensa que los militares no tienen poder de policía para dar cumplimiento a lo solicitado, a lo cual aquel responde que igualmente se cumpla con lo impuesto. Mientras tanto, vía telefónica, el General César Santos Milani, asume la orden ilegal del funcionario público, poniendo en marcha el procedimiento represivo.
Un Oficial Jefe, cinco suboficiales y tres soldados voluntarios son empeñados en la ruptura de la manifestación pacífica, que termina con mujeres golpeadas y el robo deliberado de la cartelería usada en la protesta. Mientras los responsables de esta represión ilegal permanecen impunes, este oficial retirado, que participaba del reclamo, fue sancionado con 20 días de arresto en represalia por haber denunciado la violación a las Leyes de Defensa y de Seguridad Interior. Con los medios silenciados ¿Se podrá hacer Justicia?
Pedro Rafael Mercado
DNI: 18046597
pedrorafaelmercado@yahoo.com.ar
Carta enviada por presos del Ejército Argentino a sus camaradas
Estimados Señores y Camaradas:
Nos dirigimos a Uds. por primera vez diciéndoles que conformamos un grupo de alrededor 400 Oficiales del Ejército Argentino, presos en diferentes Penales Federales de todo el país desde ya hace varios años (en algunos casos mas de 6 años) procesados y algunos condenados por el accionar de la Fuerza en la Guerra contra la Subversión.
Pertenecemos en la gran mayoría a la franja de promociones del CMN que van de la 93 a la 106, es decir que hacia el año 1976 nos encontrábamos desde Subt(s) en el 1er año a Cap(s) en el 2do o 3er año, es decir todos Of(s) Subalt(s).
Sepan que entre nosotros hay hombres de destacada trayectoria posterior en nuestro Ejercito y otros ya retirados, en el medio civil, hombres condecorados por el Ejercito por su accionar en la Guerra Contra la Subversión , Veteranos y condecorados de Malvinas, Jefes de Unidades, Agregados Militares, etc., todos hoy nos encontramos procesados y/o condenados básicamente por los “supuestos delitos” de Asociación ilícita, Detenciones ilegales agravadas por el tiempo de su duración y Tormento o tortura. ¿Cómo podía un Subt integrar una Asociación ilícita con su Cte Br y con su J Un? Es ilógico ¿Cómo podía un Tte ordenar una detención ilegal y agravarla en el tiempo? Tampoco tiene respuesta, y así seguiríamos preguntando y respondiendo lo mismo. Jurídicamente, tema del que no hablaremos, esto no tiene ninguna lógica, al decir popular no tiene ni pies ni cabeza.
Acá existió una guerra y existieron ordenes (ni legales ni ilegales), fueron ordenes. Nunca en los 4 años de CMN ni en las “escuelas de Regimiento” nos enseñaron a analizar las ordenes, sino a cumplirlas, no existe ni nunca existió en el Ejercito “la teoría Balza”. Nunca nos enseñaron a diferenciar las ordenes.
Entre los que nos encontramos en esta situación, hay camaradas enfermos, algunos con canceres terminales, enfermos psiquiátricos, otros con ACV y seria larga la gama de dolencias, esto sumado a los ya de mas 100 camaradas muertos en prisión (el CELS computa 193), algunos delante nuestro.
A esto se suma el dolor y la enfermedad de nuestras familias esa “gran familia militar” de la que tanto nos hablaron y hablamos, el dolor no es solo el de vernos presos y tratados como delincuentes comunes, sino el de vernos sometidos al escarnio y la burla publica en diferentes MCS en los traslados esposados o en esos remedos de juicios, que son mas un circo romano que otra cosa, que decir de nuestros hijos ya hombres y mujeres, algunos Of(s) o Jefes del EA. Sepan también que nuestras mujeres e hijos están enfermos, muchos en tratamiento, por esta situación.
Deben saber también que hay Subof(s) presos con nosotros, una verdadera afrenta de la que nos debemos avergonzar TODOS, eran en esa época Cabos, Cabos 1ros o Sargentos, también conformaban las Asociaciones Ilícitas, un verdadero disparate. La gran pregunta es ¿hasta cuando seguirá esta venganza? Contra el Ejercito (no duden jamás que ese es el blanco), por favor ninguno quiera creer o pensar que es Justicia.
Y también por favor no se dejen llevar por los que hablan de “este nuevo Ejercito”. El Ejercito Argentino fue y es uno solo, desde el 29 de Mayo de 1810 hasta nuestros días. A ninguno de nosotros se nos ocurrió renegar del Ejercito Libertador, del de la Guerra con Brasil, del de la conquista del Desierto, del la guerra de la Triple Alianza, del de Richieri, del de Perón o del de la Guerra contra la Subversión y la reconquista de las Malvinas. Con las virtudes y defectos de sus conductores son el mismo Ejercito de HOY.
No se confundan, no defendimos ni defendemos el gobierno militar de 1976/83, pero si nos sentimos orgullosos de haber sido parte de la Historia grande nuestro Ejercito, derrotando a la Subversión, logro reconocido en su momento por toda nuestra sociedad (hoy olvidadiza) y por todo el mundo.
Somos hombres maduros algunos enfermos, pero no estamos derrotados, peleamos como podemos por nuestra libertad y por “nuestro Ejercito”, el de hoy y el de siempre. “En la historia de los pueblos hay lugares donde el patriotismo y la valentía se dan en una mayor dimensión, como si la tierra fuera mas fértil en producir calidad humana” (Cte Huber Matos).
Con toda humildad tomamos para nosotros estas palabras de uno de los Cte(s) de la Revolución Cubana, que pago con 20 años de cárcel su disenso con Fidel Castro. Les pedimos como camaradas mas antiguos, en la mayoría de los casos, que piensen, no solo en nosotros sino en nuestro Ejercito ¿adonde vamos, a donde nos llevan, es este el camino?, por favor pensémoslo.
No nos guiemos por los “supuestos MCS” y en aquel “la opinión pública”. Para no hablar en el aire encargamos y pagamos, con la colaboración de muchos amigos, una encuesta de opinión (de una de las mejores encuestadoras del mercado y sobre el universo más amplio posible) que arrojó resultados realmente sorprendentes, que los queremos compartir con Uds. para respondernos a todas esas preguntas anteriores, de la cual damos algunos ejemplos para comenzar a relacionarnos seriamente:
- El Ejército en materia de imagen de instituciones se encuentra en 3er lugar después de la Iglesia Católica y el periodismo, quedando muy por encima del Gobierno, los gremios, los partidos políticos, etc.
- Otro de los temas es el del SMO (Servicio Militar Obligatorio), tan caro a la sociedad, donde vemos que el 60% de los encuestados opina que debe volver, duplicando en porcentaje a los que se oponen.
- En relación a nuestros juicios por la Guerra Contra la Subversión, casi un 70% se manifiesta en contra de los mismos, quedando reducido solo a un 16% los que están de acuerdo.
- Mas allá de lo polémico que resulta el tema, el 60% estima que seria positivo que las FFAA intervengan para combatir el narcotráfico, contra solo un 21% que se manifiesta en contra.
- Sorprendentemente ante la pregunta, si desde el Gobierno se ha desarmado y postergado a las FFAA y no están equipadas ni en capacidad de defender a la Republica, el 68% se manifestó de acuerdo con esta opinión.
Estimados camaradas entendemos que este será el primer contacto de un dialogo e intercambio de ideas que en forma respetuosa pretendemos y esperamos tener con Uds., les solicitamos a quienes quieran respondernos de cualquier forma (anónima o no) lo hagan a nuestra dirección electrónica.
Por último les queremos hacer saber que los destinatarios del presente correo “son cerrados”, por lo que cualquier difusión en Internet o en algún MCS, no será realizada ni auspiciada por nosotros.
Nos despedimos de Uds. Con el fuerte abrazo de soldados que corresponde.
PRESOS DE EJERCITO EN PENALES FEDERALES
Nos dirigimos a Uds. por primera vez diciéndoles que conformamos un grupo de alrededor 400 Oficiales del Ejército Argentino, presos en diferentes Penales Federales de todo el país desde ya hace varios años (en algunos casos mas de 6 años) procesados y algunos condenados por el accionar de la Fuerza en la Guerra contra la Subversión.
Pertenecemos en la gran mayoría a la franja de promociones del CMN que van de la 93 a la 106, es decir que hacia el año 1976 nos encontrábamos desde Subt(s) en el 1er año a Cap(s) en el 2do o 3er año, es decir todos Of(s) Subalt(s).
Sepan que entre nosotros hay hombres de destacada trayectoria posterior en nuestro Ejercito y otros ya retirados, en el medio civil, hombres condecorados por el Ejercito por su accionar en la Guerra Contra la Subversión , Veteranos y condecorados de Malvinas, Jefes de Unidades, Agregados Militares, etc., todos hoy nos encontramos procesados y/o condenados básicamente por los “supuestos delitos” de Asociación ilícita, Detenciones ilegales agravadas por el tiempo de su duración y Tormento o tortura. ¿Cómo podía un Subt integrar una Asociación ilícita con su Cte Br y con su J Un? Es ilógico ¿Cómo podía un Tte ordenar una detención ilegal y agravarla en el tiempo? Tampoco tiene respuesta, y así seguiríamos preguntando y respondiendo lo mismo. Jurídicamente, tema del que no hablaremos, esto no tiene ninguna lógica, al decir popular no tiene ni pies ni cabeza.
Acá existió una guerra y existieron ordenes (ni legales ni ilegales), fueron ordenes. Nunca en los 4 años de CMN ni en las “escuelas de Regimiento” nos enseñaron a analizar las ordenes, sino a cumplirlas, no existe ni nunca existió en el Ejercito “la teoría Balza”. Nunca nos enseñaron a diferenciar las ordenes.
Entre los que nos encontramos en esta situación, hay camaradas enfermos, algunos con canceres terminales, enfermos psiquiátricos, otros con ACV y seria larga la gama de dolencias, esto sumado a los ya de mas 100 camaradas muertos en prisión (el CELS computa 193), algunos delante nuestro.
A esto se suma el dolor y la enfermedad de nuestras familias esa “gran familia militar” de la que tanto nos hablaron y hablamos, el dolor no es solo el de vernos presos y tratados como delincuentes comunes, sino el de vernos sometidos al escarnio y la burla publica en diferentes MCS en los traslados esposados o en esos remedos de juicios, que son mas un circo romano que otra cosa, que decir de nuestros hijos ya hombres y mujeres, algunos Of(s) o Jefes del EA. Sepan también que nuestras mujeres e hijos están enfermos, muchos en tratamiento, por esta situación.
Deben saber también que hay Subof(s) presos con nosotros, una verdadera afrenta de la que nos debemos avergonzar TODOS, eran en esa época Cabos, Cabos 1ros o Sargentos, también conformaban las Asociaciones Ilícitas, un verdadero disparate. La gran pregunta es ¿hasta cuando seguirá esta venganza? Contra el Ejercito (no duden jamás que ese es el blanco), por favor ninguno quiera creer o pensar que es Justicia.
Y también por favor no se dejen llevar por los que hablan de “este nuevo Ejercito”. El Ejercito Argentino fue y es uno solo, desde el 29 de Mayo de 1810 hasta nuestros días. A ninguno de nosotros se nos ocurrió renegar del Ejercito Libertador, del de la Guerra con Brasil, del de la conquista del Desierto, del la guerra de la Triple Alianza, del de Richieri, del de Perón o del de la Guerra contra la Subversión y la reconquista de las Malvinas. Con las virtudes y defectos de sus conductores son el mismo Ejercito de HOY.
No se confundan, no defendimos ni defendemos el gobierno militar de 1976/83, pero si nos sentimos orgullosos de haber sido parte de la Historia grande nuestro Ejercito, derrotando a la Subversión, logro reconocido en su momento por toda nuestra sociedad (hoy olvidadiza) y por todo el mundo.
Somos hombres maduros algunos enfermos, pero no estamos derrotados, peleamos como podemos por nuestra libertad y por “nuestro Ejercito”, el de hoy y el de siempre. “En la historia de los pueblos hay lugares donde el patriotismo y la valentía se dan en una mayor dimensión, como si la tierra fuera mas fértil en producir calidad humana” (Cte Huber Matos).
Con toda humildad tomamos para nosotros estas palabras de uno de los Cte(s) de la Revolución Cubana, que pago con 20 años de cárcel su disenso con Fidel Castro. Les pedimos como camaradas mas antiguos, en la mayoría de los casos, que piensen, no solo en nosotros sino en nuestro Ejercito ¿adonde vamos, a donde nos llevan, es este el camino?, por favor pensémoslo.
No nos guiemos por los “supuestos MCS” y en aquel “la opinión pública”. Para no hablar en el aire encargamos y pagamos, con la colaboración de muchos amigos, una encuesta de opinión (de una de las mejores encuestadoras del mercado y sobre el universo más amplio posible) que arrojó resultados realmente sorprendentes, que los queremos compartir con Uds. para respondernos a todas esas preguntas anteriores, de la cual damos algunos ejemplos para comenzar a relacionarnos seriamente:
- El Ejército en materia de imagen de instituciones se encuentra en 3er lugar después de la Iglesia Católica y el periodismo, quedando muy por encima del Gobierno, los gremios, los partidos políticos, etc.
- Otro de los temas es el del SMO (Servicio Militar Obligatorio), tan caro a la sociedad, donde vemos que el 60% de los encuestados opina que debe volver, duplicando en porcentaje a los que se oponen.
- En relación a nuestros juicios por la Guerra Contra la Subversión, casi un 70% se manifiesta en contra de los mismos, quedando reducido solo a un 16% los que están de acuerdo.
- Mas allá de lo polémico que resulta el tema, el 60% estima que seria positivo que las FFAA intervengan para combatir el narcotráfico, contra solo un 21% que se manifiesta en contra.
- Sorprendentemente ante la pregunta, si desde el Gobierno se ha desarmado y postergado a las FFAA y no están equipadas ni en capacidad de defender a la Republica, el 68% se manifestó de acuerdo con esta opinión.
Estimados camaradas entendemos que este será el primer contacto de un dialogo e intercambio de ideas que en forma respetuosa pretendemos y esperamos tener con Uds., les solicitamos a quienes quieran respondernos de cualquier forma (anónima o no) lo hagan a nuestra dirección electrónica.
Por último les queremos hacer saber que los destinatarios del presente correo “son cerrados”, por lo que cualquier difusión en Internet o en algún MCS, no será realizada ni auspiciada por nosotros.
Nos despedimos de Uds. Con el fuerte abrazo de soldados que corresponde.
PRESOS DE EJERCITO EN PENALES FEDERALES
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