sábado, 24 de noviembre de 2007

Nuestros presos políticos….

Es un error examinar nuestra historia de la década de los 70 - en particular la cruenta guerra interna librada en aquella época - a partir de visiones esquemáticas, ideológicamente interesadas y sesgadas, haciendo recaer unilateralmente las culpas y responsabilidades sobre un solo y determinado sector de la sociedad: las Fuerzas Armadas, de Seguridad y Policiales. Borrar del contexto los graves hechos precedentes que dieron lugar a las dramáticas consecuencias de la guerra contra el terrorismo y el protagonismo que le cupo a nuestra dirigencia política de aquellos años, cuya responsabilidad no ha sido aún asumida ni enjuiciada, configura una grave malversación cuya reparación histórica requiere una respuesta ecuánime que aún se espera.

Hoy, y ante los hechos de dominio público que tienen como protagonistas a algunos miembros de la Armada Argentina en relación con la actuación institucional en aquella guerra y que se encuentran padeciendo prisión o persecución política, reafirmamos:

- Que en nuestro país hubo una guerra interna, la guerra revolucionaria, iniciada por las organizaciones terroristas e instigada y apoyada por actores extranjeros – estatales y no estatales - contra las instituciones de la República Argentina y contra los más diversos estratos de la población.

- Que el Gobierno Nacional estimó que los organismos policiales y de seguridad resultaban insuficientes para prevenir tal situación.

- Que por ello, las Fuerzas Armadas fueron empeñadas por el Gobierno Constitucional a partir de febrero de 1975, para ejecutar las operaciones de neutralización y aniquilamiento del terrorismo, mediante decretos específicos, actuando por tanto institucionalmente de acuerdo con las directivas y pautas impartidas por las máximas autoridades políticas del Estado.

- Que sus cuadros actuaron cumpliendo órdenes expresas, siguiendo la cadena de mandos a cuya cabeza estuvieron en todo momento las más altas autoridades del Poder Ejecutivo Nacional, no existiendo grupos militares que actuaran en forma independiente.

- Que una eventual condena a Jefes, Oficiales y Suboficiales por haber cumplido órdenes militares en situación de guerra, lesionará aun más los principios de disciplina y subordinación en las Fuerzas Armadas ya gravemente afectados. Esto es así, por cuanto el estricto cumplimiento de las órdenes hace a la esencia de la institución militar cuya peculiar estructura y funcionamiento dependen de la cabal obediencia del inferior jerárquico y del férreo mantenimiento de la disciplina como valor fundamental.

- Que el encarcelamiento de nuestros camaradas nos mueve a expresarles nuestra más firme solidaridad ante la injusta situación que padecen.

Buenos Aires, Noviembre de 2007

Unión de Promociones Navales Foro de Almirantes Retirados

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