viernes, 12 de octubre de 2007

Carta Abierta al Cardenal Jorge Bergoglio

Señor
Presidente de la Comisión Episcopal Argentina
y Arzobispo de Buenos Aires,
SER Mons. Jorge Bergoglio

De mi consideración:

Hoy por la mañana, al leer el diario Clarín, sentí estupor cuando tomé conocimiento de una nueva iniquidad que se estaría por cometer con el RP Christian von Wernich, esta vez de mano de la jerarquía eclesiástica, que lejos de demostrar grandeza inspirada en Nuestro Señor Jesucristo, se sumaría a la chusma sedienta de sangre y colmada de odios, rencores y revanchas, al mencionar que .......... "Oportunamente se habrá de resolver, conforme a las disposiciones del Derecho Canónico, acerca de la situación de Christian von Wernich”.

Ello hizo que sintiera la necesidad de escribirle al obispo de 9 de Julio, Mons. de Elizalde, para plantearle mi desazón, en los términos que a continuación transcribo, porque también sirven para lo que quiero expresarle:

“Hacerse eco de un fallo de un tribunal popular disfrazado de justicia, por el que desfilaron mendaces testigos a quienes se les dio crédito de veracidad en sus repugnantes declaraciones, no haría más que convalidar lo apartados que están los obispos de la grey católica y lo cercanos que se encuentran de sus enemigos”.

“Explíqueme el por qué de tan veloz respuesta cuando guardaron ominoso silencio ante los crímenes del cura Antonio Puigjané, con quien, no sólo no se tomó ninguna medida, sino que lo cobijaron y protegieron”.

“Explíqueme el silencio ante los crímenes cometidos por las organizaciones terroristas, como por ejemplo los del Ejército Montonero -- del cual el cura Adur -- fue su capellán, o las complicidades –entre otros— de los curas Mujica, Vernazza, Carbone, Capitanio, Cuberly, los hermanos Dri, los llamados curas palotinos, las monjas francesas, o de los obispos Hesaynne, Novak y de Nevares, por sólo mencionar a unos pocos, que no sólo convalidaron las más de 20.000 acciones perpetradas por ellas en la década del ’70 (asesinatos selectivos, secuestros, atentados con bombas, copamientos de pueblos, unidades militares y comisarías, etc.), al no emitir jamás la menor condena y sí fueron severos críticos de lo actuado por las FF.AA. en cumplimiento de claras órdenes gubernamentales”.

“Monseñor, yo jamás sentí odios a pesar de tener sobrados motivos para ello: en el año 1977 intentaron secuestrar a mi hija mayor cuando tenía sólo 5 años de edad -- cosa que jamás se le ha borrado de su mente--; durante los años ’70 mi familia fue víctima de graves amenazas y, como broche de oro, el 23 de Enero de 1989, durante la recuperación del Cuartel de La Tablada atacado por la organización terrorista Movimiento Todos por la Patria, conducida, entre otros, por el cura Puigjané, estuve a punto de perder la vida al ser gravemente herido. No satisfechos con ello, estos “jóvenes idealistas” conducidos por esa caricatura de sacerdote, no vacilaron en volver a amenazar a mi familia aprovechándose de las circunstancias de encontrarme internado en terapia intensiva. Hoy como consecuencia de las conductas ambiguas (o quizá no tan ambiguas) de una sociedad hipócrita – de la cual el clero forma parte-- tengo el temor de comenzar a tener sentimientos que no quiero albergar en mi espíritu”.

“Luego de esas vivencias, con tristeza y consternación, veo que después de tantos años de silencio, los obispos decidirían romperlo, pero no para exigir la Verdad, como lo pidió el Cardenal Bergoglio, sino para convalidar la mentira”.

“De proceder de esta manera, no harán más que agregar más resentimiento al que, desde el 25 de Mayo de 2003, se ha venido fomentando desde los más altos niveles de los poderes del estado”.

“¿Qué clase de obispos son que, para congraciarse con la chusma terrorista que atacó a la sociedad argentina, no vacilan en sumarse a los ataques contra quienes la defendieron?”.

“¿Qué los hace convertirse en seres especuladores y complacientes que, para eludir los cargos de supuestas complicidades con quienes cumplieron con el sagrado deber de defender a la Patria, a más de 30 años, no dudan un instante en aducir o demostrar coincidencias ideológicas con quienes la atacaron?”.

“¿En qué se han convertido que no vacilan en complacer a los terroristas enquistados en los poderes del estado?”.

“¿Qué confianza podemos tener en esta clase de pastores que tienen un discurso diferente para cada circunstancia?”.

“Si Ud. es capaz de dar respuestas a estos interrogantes, las recibiré con sumo agrado”.

“Creo que ha llegado el momento de definir de qué lado están, sacándose definitivamente la careta: si del de quienes impulsaron la agresión marxista y atacan sistemáticamente a la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana o del de quienes jamás nos hemos apartado de ella”.

Ahora, siendo ya de noche y leyendo lo publicado en el diario La Nación – que precisamente no se caracteriza por la defensa de nuestra Iglesia – y comprobar que Mons. de Elizalde habría pedido “perdón” por el hecho que ............... "un sacerdote, por acción o por omisión, estuviera tan lejos de las exigencias de la misión que le fue confiada, nos lleva a pedir perdón, con arrepentimiento sincero, mientras rogamos a Dios Nuestro Señor que nos ilumine para poder cumplir nuestra vocación de unidad y de servicio", dando por veraz los falaces testimonios de un grupo de canallas ante el tribunal popular revolucionario que condenó sin prueba alguna al RP von Wernich, no puedo menos que sentir más desazón y más tristeza.

Más aún luego de leer que Ud., como presidente de la CEA, también se habría sumado a la horda anticatólica dando también como ciertos los argumentos vertidos por testigos fabricados que nada vieron, oyeron o sintieron, expresando ................... “su dolor por la participación de un sacerdote en delitos gravísimos".

Según lo publicado en La Nación, Ud. habría dicho ........... “Creemos que los pasos que la Justicia da en el esclarecimiento de estos hechos deben servir para renovar los esfuerzos de todos los ciudadanos en el camino de la reconciliación, y son un llamado a alejarnos tanto de la impunidad como del odio y del rencor”.

Ante esas expresiones, le pregunto, ¿de qué justicia se cree que está hablando cuando le pide a los ciudadanos que renovemos esfuerzos en el camino de la reconciliación?

¿Ud. cree posible que exista algún tipo de reconciliación cuando la “justicia” – como la denomina – deliberadamente se aparta del derecho para cumplir con las ordenes de sus mandantes?.

¿Ud. cree posible que exista algún tipo de reconciliación cuando se miente descaradamente y se omite toda referencia a los crímenes cometidos por las organizaciones terroristas?.

¿Ud. cree posible que exista algún tipo de reconciliación cuando la propia jerarquía eclesiástica le exige al padre von Wernich “arrepentimientos” que jamás se le demandaran a otros religiosos que fueron parte de dichas organizaciones terroristas, como el cura Puigjané y tantos otros que, por acción u omisión, colaboraron con ellas?.

Se dice que se está buscando la verdad.- Yo le pregunto, ¿qué verdad?, porque hasta hoy sólo se ha perseguido a las FF.AA., de Seguridad y Policiales, ---y ahora, en una burda maniobra distractiva, a la Triple A--- evitándose todo lo que involucre a las organizaciones terroristas.

Es muy claro lo que han establecido las Naciones Unidas respecto de los delitos de lesa humanidad al considerar como tales, no sólo los excesos que se pudieron haber cometido desde el Estado para combatir al terrorismo, sino también a los aberrantes crímenes que los terroristas perpetraron atacando a las Fuerzas Legales y a la población civil.

Así lo hizo presente el propio presidente de la Nación el 25/09/07, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas cuando dijo: ............. “Año tras año, incansablemente, la República Argentina ha condenado aquí la gran amenaza del terrorismo global. Consideramos que todos los actos de terrorismo son criminales e injustificables y no creemos que haya argumento alguno que pueda justificar tal metodología”.

Rematando con: ............ “No puede tolerarse la acción de los responsables del terrorismo ni de quienes los auspicien, financien o protejan, sean estos personas o países”.

Luego la memoria lo traicionó – porque no quiero pensar que deliberadamente haya faltado a la verdad -- cuando dijo que ........... “La soberanía argentina fue víctima en dos oportunidades de ese accionar. En 1992 se atentó contra la Embajada de Israel, en 1994 contra la sede de la AMIA”, omitiendo entre muchísimos otros atentados la voladura de la pista del aeropuerto de Tucumán (4 muertos y 35 heridos); la voladura de la Superintendencia de Seguridad Federal (22 muertos y 66 heridos); la voladura del ómnibus de la Policía de Santa Fe en Rosario (11 muertos y 20 heridos); la bomba en el Círculo Militar (60 heridos); la voladura del despacho del Subjefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (1 muerto y 11 heridos); la voladura de la Subsecretaría de Planeamiento (15 muertos y 16 heridos); la voladura del domicilio del Almirante Lambruschini (3 muertos y 10 heridos); la voladura del domicilio del General Cardozo (1 muerto) y la voladura del domicilio de Guillermo W. Klein (2 muertos).
No hay dudas en la interpretación sostenida por las Naciones Unidas respecto de los delitos de lesa humanidad y soslayarla en beneficio de uno de los sectores, constituye un deliberado y cínico acto revanchista que nada hará para acabar con la impunidad y mucho menos lograr la ansiada reconciliación entre los argentinos.

Por el contrario, realimentará los odios del pasado y evitará el cierre de las heridas que en los ’70 se abrieron en nuestro cuerpo social, cicatrización que necesitamos con urgencia para poder vivir en una Argentina en la que se constituya la unión nacional, se afiance la justicia y se consolide la paz interior.

Hasta ahora, todo lo que se está haciendo pone de manifiesto que quienes, invocando la búsqueda de la verdad, lo único que pretenden es una verdad a medias, la que, como tal, es la más absoluta de las mentiras.

Ante esta mezquina actitud, no ha quedado otro camino que aceptar las reglas de juego establecidas y es por ello que vamos a luchar para lograr la Memoria, la Justicia y la Verdad.

Memoria: para recordar qué fue lo que pasó, por qué pasó y cómo pasó;

Justicia: para que todos aquellos que atentaron contra la sociedad argentina, rindan cuentas por sus fechorías, porque si se quiere que los crímenes de lesa humanidad sean penados, pues que sean todos esos crímenes.- No es posible tener ministros, legisladores, embajadores, asesores gubernamentales y otros funcionarios gozando de la impunidad oficial, cuando se sabe que asesinaron con frialdad a conciudadanos; y

Verdad: para que las jóvenes generaciones no queden presas de la mentira oficial y puedan tener un acabado conocimiento de los tristes momentos por los que atravesó nuestra Patria.

El camino hacia la reconciliación no se puede construir con memorias parciales, verdades a medias e injusticia y prevaricato.- Piense en el país que le están dejando a nuestros hijos y nietos, los que –no le quepa la menor duda—se merecen un futuro mejor.

¿Por qué se guarda silencio ante la presencia de terroristas en los poderes del estado?.- Larga es la lista de ellos: Kunkel, Bettini, Gullo, Taiana, Bonasso, Eduardo Luis Duhalde y Rodolofo Matarollo (estos dos últimos, con un cinismo pocas veces visto, a cargo nada menos que de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación), pero no lo voy a aburrir con más nombres dado que Ud. no lo ignora.

Ud., en Luján y ante miles de jóvenes, manifestó que ........ “El mentiroso por esencia, ese que nos muestra vidrios de colores y nos quiere hacer creer que son joyas preciosas, es el demonio, que nos engaña, nos promete y no nos paga, porque como es mentiroso es un mal pagador. Es el padre de la mentira”.

..... “Nos vamos a casa con la seguridad de no ser confundidos, de que no vamos a ser engañados, porque hoy le hemos pedido de corazón que nos ayude a vivir en la verdad. Porque es la Madre la que va a protegernos para no ser engañados, para no ser confundidos por las artimañas del demonio”.

Ante ésto debo decirle que siga implorándole a la Virgen que los proteja, porque los obispos “han sido confundidos por las artimañas del demonio” al convalidar, con sus silencios y sus expresiones, las mentiras de un juicio amañado por la caterva terrorista y sus apologistas.

Son tantas las defecciones de los obispos que no puedo desaprovechar esta oportunidad para planteárselas:

Aún recuerdo cuando Ud., sin conocerme, a través de su ex–vocero, el Padre Guillermo Marcó, me calificó -- nada menos que ante Página 12 -- de “católico ultramontano” por haber cometido la “torpeza” de defender mi Catedral de los ataques de una horda de pervertidos, defensa que debió ser encabezada por quien tiene la responsabilidad de la custodia, no sólo de la infraestructura, sino de algo muchísimo más valioso para todos los católicos, algo que Ud. parece haber olvidado, nada menos que el Santísimo Sacramento del Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, cuya profanación es el objetivo perseguido por abortistas y degenerados.

En San Cayetano Ud. dijo que ......... “la Catedral está abierta a todos.- La Iglesia es la casa de Dios y en ella yo no soy el que manda, sino el que la cuida”.- Si Ud. cree que realmente la cuida, le pido que analice qué es lo que ha hecho hasta ahora por protegerla y para evitar los ataques hacia ella y allí se dará cuenta hasta qué punto ha incumplido con sus obligaciones.

En otras circunstancias Ud. aparece como responsable de la unión entre Elisa Carrió y Jorge Telerman para competir en un acto electoral, a pesar que entre sus seguidores anida un grupo no despreciable de abortistas, pervertidos y enemigos declarados de mi Iglesia.

Las “coronaciones” honoris causa de la falsa abuela Carlotto y del teólogo de la liberación, Leonardo Boff, enemigos acérrimos de la Santa Madre Iglesia Romana, llevada a cabo por las autoridades de la Universidad Católica (??) de Córdoba.

La protección de la corporación política más corrupta de toda nuestra historia a través de la llamada “Mesa de Diálogo” de la que participaron varios popes del Episcopado, que le permitió – luego del “que se vayan todos” – retornar con renovados bríos y acrecentados vicios.

Sus silencios y complicidades, cuando no, comentarios hipócritas sobre “libertad de expresión” o “arte”, como metodología para no comprometerse, ante las exposiciones blasfemas de León Ferrari en el Centro Recoleta y de Alfonso Barbieri en Córdoba.

El ex obispo de Morón, Justo Laguna se ha jactado de ..... “no haber oído una sola voz de la Iglesia que se haya levantado a favor del Padre von Wernich”.- Y acá hay una gran confusión porque ¿quién ha dicho que la Iglesia Argentina es patrimonio de los obispos?.- Lo que Laguna debió haber dicho es que no escuchó a ningún obispo defender al sacerdote vilipendiado.- Como tampoco se hicieron escuchar para defender al Obispo Catrense Monseñor Antonio Baseotto, única voz que se escucha en defensa de la vida y la familia; o tampoco alzaron la voz para condenar la nueva Ley Nacional de Educación, a través de la cual se prevé la corrupción de nuestros niños desde la edad de jardín de infantes, o la distribución de preservativos entre los adolescentes por parte del promiscuo y pervertido ministro de salud de la Nación, promoviendo la prematura prostitución de nuestros jóvenes; o la promoción del aborto y la homosexualidad; la exaltación de la promiscuidad, la vagancia, el consumo de drogas y el alcohol y los sistemáticos ataques a todo lo que tenga que ver con nuestras raíces, nuestra identidad y nuestras tradiciones, propalados por los medios de comunicación; ............... etc., etc., etc..

¡¡ Cuánta confusión que provocan con estas actitudes que, de tan tibias, medrosas y especulativas, merecen que se les vomite en la boca a todos y cada uno de los clérigos que por acción u omisión son funcionales a quienes sistemáticamente atacan a mi religión!!

Por eso le pregunto, ¿de qué lado está Ud.?.

Su respuesta me va a servir para saber en qué lado me tengo que colocar yo.

Atentamente,

Emilio Guillermo Nani
Teniente Coronel (R)
Veterano de Guerra

P.D.: Como todo lo que han decidido respecto del Reverendo Padre Christian von Wernich ha tomado estado público, esta carta reviste las mismas características, por lo cual la voy a difundir a todas aquellas personas preocupadas por la suerte de nuestro Capellán.

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