DECLARACIÓN
DOS
MILITARES FUGADOS ENTRE CENTENARES DE MILITARES
ENCARCELADOS
El Ministerio de Defensa ha dictado una
arbitraria resolución, prohibiendo que en hospitales militares o unidades de
salud dependientes de las Fuerzas Armadas sean internados o asistidos
ambulatoriamente los detenidos con condena o procesamiento por delitos de lesa
humanidad. Ha ordenado así, a los Estados Mayores de las tres fuerzas, el
estricto cumplimiento de esta desmesura. Asimismo, se ha creado una “Comisión de
Asesoramiento Médico” con representantes de los Ministerios de Justicia, de
Salud y de Defensa, que en treinta días debe determinar el alta de los actuales
pacientes o su traslado.
Con estas medidas el Gobierno acredita la
falsedad de su política de “Derechos Humanos”, a través de la cual implementa en
realidad una grosera tortura que se suma a las que ya sufren los presos
militares de setenta y más años de edad, al impedírseles ser atendidos
adecuadamente. Desde hace años estos hombres sobreviven como pueden, en
condiciones carcelarias desesperantes, sin haber dado el menor trabajo al
servicio penitenciario; pero ha bastado que se produzcan dos fugas para que ello
sirva de excusa para agravar aún más su situación, administrando purgas al mejor
estilo stalinista, ordenando arbitrarios traslados, repartiendo recompensas
millonarias y sanciones al personal penitenciario, forzando el retiro de
generales y otras desmesuras similares.
Es
evidente que si se hubiese tratado de una fuga de presos comunes (cosa que
ocurre con mucha frecuencia, pese a que son muy pocos los que tienen esa edad y
llevan diez o quince años encerrados a la espera de una condena), no habría
habido recompensa ni noticia ni reacción algunas. En cambio, estos hombres ya
ancianos, que
permanecen presos con comportamiento ejemplar, sufrirán estas terribles
consecuencias sobre su salud física y mental, a través de una acción del Gobierno movida por la venganza,
el odio y el deseo de causar su muerte.
Los hombres así encerrados pierden día a día la poca salud que les
queda. Ahora han perdido también la posibilidad de ser atendidos médicamente.
Deberán vegetar en los mal llamados Hospital Municipal de Marcos Paz y Hospital
Penitenciario de Ezeiza, que de tales sólo tienen el nombre, ya que carecen en
absoluto de elementales medios de atención. Lo que no ha obstado a que el
ministro Alak haya declarado que el segundo está equipado para tratamientos de
“alta complejidad”.
Este horror
está ocurriendo en la Argentina en el año 2013. Cientos de hombres
perseguidos políticamente están siendo condenados a una muerte lenta bajo la
indiferencia del país, pese al alerta de unos pocos.
Buenos Aires, 30 de julio
de 2013.
Mariano
Gradín
Alberto Solanet
Secretario
Presidente
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