¡Cuán
duro es aceptar a los que no piensan como uno! Comienza diciendo el señor
Nicolás Kusmin en una carta de lectores recientemente publicada en La Nación.
Excelente muestra de autocrítica que comparto en su totalidad. Es difícil, pero
no imposible. Lamentablemente el enano fachista terminó imponiéndose en la
mente del suscriptor, ya que termina su carta afirmando: “Me preocupa la
publicación de opiniones de personas como la Sra Pando...”
Cabe
acotar que este pensamiento, esta” preocupación” por la opinión de otros, tan
común en nuestra querida Argentina, ha sido el origen de todos los regímenes
autoritarios de la historia. Tanto de izquierda como de derecha. De origen civil
o militar.
No saber
aceptar al “Otro” es el origen del problema. Y no me acepta porque no me conoce.
O sólo conoce lo que algunos medios intentan construir. Señor Kusmin, no estoy
de acuerdo con ninguna apropiación de niños. Lo que intenté expresar es que en
Argentina no existió un plan sistemático de robo de criaturas. Y espero sepa
perdonarme, pero sigo pensando lo mismo.
Le
molesta también que tilde de ex terrorista a Eduardo Anguita, porque aquel había
sufrido todo tipo de apremios ilegales. Cabe destacar que los abusos policiales
a un asesino no le quitan culpabilidad al homicida. El actual periodista y
empleador como fotógrafo del Jefe del Servicio Penitenciario, el 15 de noviembre
del año 1973, en pleno gobierno constitucional participó del ataque y copamiento
al Comando de Sanidad del Ejército, que terminó con la vida del TCnl Duarte
Hardoy. Si pertenecía a una organización que aplicaba tácticas terroristas hoy
es un ex – terrorista.
De todos
modos, en aras de la concordia nacional estoy dispuesta a superar el pasado
imperfecto de Anguita y sus compañeros de ruta. ¿Tendrá la misma disponibilidad
el señor Kusim respecto a los “represores”?
María
Cecilia Pando
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