viernes, 4 de abril de 2008

Mujeres de AFyAPPA en Acto de la Armada

El marinerito preferido de los K. casi sufre un infarto esta mañana de viernes, cuando al finalizar un acto (realizado en el Edificio Libertad, sede de su komando) en que se entregaron medallas a Veteranos de Malvinas, un grupo de mujeres -esposas y familiares de los marinos ilegal e injustamente detenidos por haber combatido al terrorismo-, le dieron -una vez más- "pa' que tenga y guarde".

Como seguramente la versión "oficial" que se deje correr venga deformada, para dejar bien parada a la armada K. y a sus almirantes, va suscinto relato de cómo sucedieron las cosas:

a) Las mujeres mencionadas salían de los tribunales K. de Comodoro Py, adonde habían ido a acompañar a un Oficial del Ejército (el de antes) que está siendo juzgado allí por los jueces K., y cuya sentencia se espera hoy. Ante el retraso de dicha sentencia, las señoras se retiraron del juzgado (al que regresarán esta tarde).

b) Al salir, vieron que enfrente, en la jefatura de estado mayor de la armada K., se realizaba un acto relacionado a Malvinas, en el que se estaba reconociendo -con la entrega de medallas- la labor de varios Veteranos de aquella guerra. No había impedimento, guardia o portón alguno que les impidiera acercarse y juntarse con el público presente.

c) Al FINALIZAR la ceremonia, el almirante K. se acercó a saludar a ese público. Para su sorpresa (que seguramente esté pagando a esta hora el encargado de la seguridad del acto...), al ir a abrazar a una señora, esta lo miró y le dijo: "¿No le da vergüenza haber entregado a sus camaradas?", mientras otra le recordaba: "¡Usted dijo que los hombres de la Armada NUNCA iban a ir a cárceles comunes!". Horrorizado, el uniformado reculó (total, ya está acostumbrado...), y buscó refugio en un grupo de personas más "amistosas" (los obsecuentes de turno).

e) Mientras esto sucedía, otra familiar de un marino preso por habernos defendido del terrorismo, se dirigió a un grupo de oficiales formados, todavía, en el lugar: "Todos nuestros maridos fueron condecorados en otra guerra, y hoy están detenidos por eso", les gritó.

f) Un único chupamedias de uniforme (seguramente esperando un ascenso), se dirigió a las señoras y les reprochó: "¿No les da vergüenza interrumpir un acto de Malvinas?" (mintiendo, dado que nadie interrumpió nada, ya que la ceremonia había finalizado). Sin inmutarse, las mujeres le señalaron que no hubo interrupción; que por el contrario, ellas respetaban enormemente a los combatientes de Malvinas, en cambio ni él ni sus camaradas respetaban como se merecían a los combatiente de otra guerra anterior -contra el terrorismo-, que sí se ganó militarmente. El "defensor de de pobres y ausentes" (como diría mi vieja), metió violín en bolsa y siguió su camino.

g) Luego de este intercambio, las esposas y familiares de aquellos que hoy están en prisión por haber cumplido la sagrada orden de defender a la Patria se retiraron por las suyas. Como era de esperar, nadie se atrevió a ni siquiera intentar sacarlas por la fuerza. El valor y la determinación se ven y se huelen en casos como este.

He ahí el relato de los hechos verdaderos. Las versiones "políticamente correctas" y las desmentidas correrán, pero algunos sabremos qué pasó realmente. Y nos recocijaremos ante lo sucedido.

Así como aquella vez en las escalinatas del ministerio de indefensión, cuando la hija de un Almirante que hoy sigue detenido, le "cantó las 40" al marinero mayor de la armada K. (quien quiera ver el video-1,1Mb- me lo pide), otra vez debieron ser las mujeres las que le dijeran a los canallas y traidores las cosas por su nombre. Otra vez las mujeres de los militares demostraron quienes las tienen bien puestas.
Horacio Zaratiegui

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